Ensayos clínicos para conocer la relación entre telómeros y salud
La Nobel Elizabeth Blackburn asiste en Barcelona al congreso de EMBO
Se puede ser rubio o moreno, alto o bajo y también tener los telómeros cortos o largos, por decirlo de forma gráfica. Y saber cómo afecta a la salud de una persona la longitud de sus telómeros (que es la parte final de los cromosomas de cada célula) es algo que se está estudiando ahora en ensayos clínicos, en los que colabora Elizabeth Blackburn, reciente premio Nobel de Medicina, quien dio lugar a todo esto al descubrir, junto a otros compañeros, el mecanismo de renovación de los telómeros, a través de la enzima telomerasa.
Blackburn ha sido uno de los 1.300 asistentes al congreso de la Organización Europea de Biología Molecular (EMBO), que se celebró hasta ayer en Barcelona y que ha contado, entre otros, con su discípula María Blasco (ahora en el CNIO) y otros prestigiosos especialistas españoles, como Mariano Barbacid y Eduard Batlle.
A pesar de ser un área que tiene ya 30 años de existencia, el panorama de investigación sigue siendo complicado. El estrés crónico es uno de los factores que se relacionan con el acortamiento de los telómeros, y este acortamiento se relaciona con el envejecimiento, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, pero, sin embargo, no hay datos que relacionen el estrés directamente con el cáncer, explica Blackburn.
"En madres con hijos con enfermedades crónicas, seguidas a lo largo de 12 años, se ha constatado que el estrés percibido se reflejaba en un nivel bajo de la enzima telomerasa y telómeros cortos", explicó Blackburn. "Hubo más casos de los normales de diabetes precoz y otras enfermedades, pero también hay que tener en cuenta la influencia del sistema inmune".
En cáncer, se ha visto que telómeros cortos en células de la sangre precedieron a la aparición y el avance del cáncer. Sin embargo, las células cancerosas en cánceres ya avanzados producen una alta cantidad de telomerasa y tienen por tanto telómeros largos, pero en el cáncer también hay que tener en cuenta los trastornos del sistema inmune, relacionados con el envejecimiento.
"Tenemos un candidato a ser la ruta molecular del estrés crónico al acortamiento de los telómeros, pero no me quiero precipitar" dice la premio Nobel, quien también reconoce que, aunque las mujeres a menudo tienen telómeros más largos que los hombres, y viven más, no se puede decir que ambos hechos estén relacionados. Así funciona la ciencia, sobre la que no están basados, recuerda Blackburn, los supuestos remedios anunciados en Internet para mantener largos los telómeros.
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