"Creas muchas expectativas; es lo bueno y lo malo"
La cosa suele empezar de muy joven. Un chico o una chica comienza a destacar, a sacar muy buenas notas en primaria, en secundaria... Sus padres y profesores, sus amigos, se acostumbran y esperan siempre grandes cosas de él. "Es lo bueno, pero también lo malo, que creas muchas expectativas e intentas no defraudar a nadie". Esta vez Miguel Ruiz, asturiano de 18 años, no podía haberlo hecho mejor: un 10 de media en Bachillerato, un 10 en todos los exámenes obligatorios de la Selectividad y lo mismo en las otras dos pruebas que hizo para subir nota (que podían darle hasta cuatro puntos más), por lo que es el primer alumno español que accede a la universidad con un 14 de media bajo el brazo.
La carrera que quiere es Medicina y, aunque aún es pronto, lo que le va es la cirugía. La quiere estudiar en su tierra, en la Universidad de Oviedo, cuenta Ruiz por teléfono desde Granada, donde está de vacaciones con su novia y algunos amigos. Si las expectativas eran altas, ahora todavía más. "En Medicina todos los alumnos son excelentes. Puede que allí ya no sea el mejor, pero intentaré estar entre los mejores", asegura.
Hijo único de un abogado y una ex secretaria dedicada ahora a la familia, Ruiz estudió la etapa obligatoria en un colegio concertado religioso, y el Bachillerato en uno privado, el Meres, con buena enseñanza de idiomas - habla inglés y francés, se maneja en italiano y ha empezado con el japonés-, con fama de preparar muy bien a sus alumnos para la Selectividad.
No entra al trapo con la eterna pelea de la pública y la privada, pero dice que el sistema educativo español debe enseñar idiomas mejor y asegura que "se echan en falta cosas más prácticas; quizá menos teoría".
El Bachillerato que ha cursado es el de la rama de ciencias de la salud, es decir, para entenderse con la división de siempre, ciencias en lugar de letras. Sin embargo, a los docentes que cita con más cariño -"¡Espera, que te tengo que decir otra cosa!", dice justo antes de colgar- son los de Filosofía (Eduardo Infante) y Lengua y literatura (María Crespo). "Han sido mis profesores y ahora ya son mis amigos".
Durante el curso, estudiaba un máximo de dos horas diarias, y diez días antes de los exámenes de selectividad se encerró en casa. "Salía un poco a que me diera el aire, pero poco", cuenta.
Se declara coleccionista de música: "Tengo 19.000 canciones en el Ipod". Sus gustos se dirigen hacia "el indie rock" tipo Gossip. Practica snowboard, esquí, surf y kung-fu. Cree que los jóvenes no son apáticos ni activistas -"hay de todo" -, y opina que la crisis ha inoculado a su generación el convencimiento de que estudiar es la mejor opción de futuro. No lee el periódico, pero ve el telediario a mediodía, ha devorado todos los libros de Haruki Murakami y últimamente su novia, Elena, le echa la bronca por pasarse el día colgado del móvil dando entrevistas. Así que termina esta.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.