Ana Mato ficha para Sanidad a la consejera de Feijóo
Pilar Farjas se enfrentó al Gobierno de Rodríguez Zapatero con su catálogo reducido de fármacos subvencionados
La consejera de Sanidad de la Xunta de Galicia, Pilar Farjas, será nombrada previsiblemente este mediodía secretaria general de Sanidad. Durante los dos años y medio que ha estado al frente de la sanidad gallega, Farjas, licenciada en Medicina y Cirugía, y que pasará a ser número dos de Ana Mato, ha protagonizado decisiones polémicas, como la de impulsar el catálogo de fármacos priorizado -con el que la Xunta pasó a financiar solo las medicinas más baratas para cada dolencia-. Una medida que el Consejo de Ministros recurrió ante el Tribunal Constitucional, lo que provocó un enfrentamiento sin precedentes en el ámbito sanitario.
El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero alegó entonces que el catálogo de fármacos gallego -al que algunos bautizaron como cataloguiño- invadía competencias del Ministerio de Sanidad. La medida del Gobierno de Alberto Núñez Feijóo estuvo suspendida tres meses, hasta que el Constitucional -alegando que la fórmula reportaba un ahorro económico- levantó el bloqueo y dio la victoria a la Xunta. Meses más tarde se aprobaba un sistema de prescripción farmacéutica por principio activo para toda España, que también busca el ahorro.
Impulsó el cobro en Galicia de 10 euros por renovación de tarjeta sanitaria
Desde que era líder de la oposición, Mariano Rajoy no se ha cansado de glosar los beneficios de esa propuesta gallega (el Servico Gallego de Salud calcula que ahorra 300.000 euros al año) y se comprometió a tomar a la Xunta como ejemplo para su política farmacéutica. Ese es uno de los motivos que propician la marcha de Farjas a Madrid para convertirse en número dos del ministerio.
Pero el cataloguiño no ha sido la única medida controvertida de Farjas. Esta turolense, que también es licenciada en Sociología, tomó otras decisiones polémicas, como la de impulsar la colaboración público-privada para la construcción de hospitales, la de imponer restricciones de atención sanitaria a los inmigrantes que no lleven al menos seis meses empadronados en Galicia; o la de no agilizar los trámites para que los parados de larga duración que hubieran agotado la prestación por desempleo tuvieran garantizada la asistencia médica.
La actual consejera de Sanidad de Galicia también anunció hace unos meses que desde enero la Xunta pasará a cobrar 10 euros por la renovación de las tarjetas sanitarias. Una iniciativa que despertó las críticas del PSOE y de las asociaciones en defensa de la sanidad pública, que acusaron a Farjas de crear un copago encubierto. La consejera alegó entonces que lejos de ser una tasa, el cobro por renovación de la tarjeta era una forma de que los ciudadanos se responsabilizasen de ese documento oficial. Cada año, dijo se pierden 100.000 tarjetas sanitarias en Galicia.
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