Amoniaco, chocolate y vinagre, entre los aditivos que usan las tabacaleras
Documentos de las propias compañías revelan la utilización de 600 sustancias extras
Quitarse de fumar se ha puesto cada vez más difícil. Para conseguir ese objetivo, las grandes compañías tabacaleras cuentan con casi 600 sustancias que, mezcladas con el tabaco, hacen que el fumador necesite fumar cada vez más. Entre ellas, amoniaco, urea, chocolate, vinagre, zumo de fruta, harina o nuez moscada. El lucrativo objetivo de las tabacaleras se consigue de dos maneras: creando mayor adicción o haciendo que el cigarrillo se consuma muy rápidamente. El informe que recoge estos datos ha sido publicado por la Fundación Imperial Británica para la Investigación del Cáncer (ICRF), el grupo norteamericano antitabaco ASH (Acción contra el Tabaco) y el Estado de Massachusetts (Estados Unidos). En el informe se incluyen más de 60 documentos internos de las compañías productoras de tabaco que reconocen el uso de estas sustancias aditivas dirigidas a aumentar el consumo. Los documentos, que han salido a la luz a partir de los recientes casos judiciales sobre el tabaco en Estados Unidos, explican qué aditivos se usan y cuál es el objetivo de cada sustancia.
En general, se pretende aumentar el sabor del tabaco, enmascarar el olor y aumentar el efecto de la nicotina. Según esos informes, el amoniaco, por ejemplo, aumenta casi en un 30% la absorción de la nicotina. Clive Bates, director de ASH, explicó: "Esto es un escándalo; hacen los cigarrillos cada vez más adictivos mientras niegan que la nicotina produzca adicción".
El cacao y el chocolate también aparecen en la lista de productos "inesperados" para el fumador. El cacao produce la dilatación de las vías respiratorias y consigue que llegue la mayor cantidad de humo a los pulmones. El chocolate crea adicción. Otras sustancias que aparecen en la lista son: mantequilla, café, azúcares y concentrados de zumos de diversas frutas (manzana, higo, mandarina, naranja y piña). También vino, whisky, ron, aceites de semilla, vinagre y urea. En Europa y Oriente Próximo ya han comenzado las denuncias de particulares contra los fabricantes de tabaco. En Alemania, Burxhard Oexmann, un abogado especialista en derecho médico, reclama una indemnización de casi 8,5 millones de pesetas contra Philip Morris (fabricante de Marlboro) y Reynolds (fabricante de Camel). Oexmann acusa a estos fabricantes de silenciar el efecto adictivo del tabaco desde 1983. En Israel, cinco fumadores piden en Tel Aviv 672.000 millones de pesetas a algunas compañías, entre ellas también Philip Morris, cuyos portavoces no quisieron hacer comentarios. Según la denuncia, las compañías experimentaron en humanos el efecto adictivo de las sustancias y engañaron a los consumidores.
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