Amistad y violencia en Facebook
En el sistema educativo español se considera la convivencia como la base de relaciones democráticas sobre la cual se produce el aprendizaje. Pero, ¿qué significa convivencia en un mundo en el que la comunicación, el diálogo y en gran parte la actividad está mediada por el uso de dispositivos digitales? Los adolescentes, como bien se refleja el informe EUKid-online, son la población que más eficaz y rápidamente se ha alfabetizado, los más activos usuarios de internet. Las llamadas redes de trabajo se han convertido, en realidad, en redes de amistades en las que el tránsito de comunicación y de imágenes compone un mundo de afectividad compartida, de ciberconvivencia. Las redes sociales, como bien supuso Mark Zuckerberg cuando inventó Facebook, son escenarios con un componente emocional que estimula la comunicación y el diálogo, tan importante en estas edades adolescentes.
En las redes sociales los jóvenes encuentran los amigos que creen necesitar, pero desgraciadamente también encuentran enemigos. Cuando una joven ve la fotografía que colocó en Tuenti manipulada con un mensaje equívoco o directamente insultante, destinado a injuriarla o desprestigiarla, el daño causado puede ser vivido por la víctima como un mazazo a su autoestima, ya que el agresor sabe que la víctima se sentirá impotente ante una audiencia de amigos o conocidos que se relacionan en el escenario de la red. Cuando creíamos que el acoso entre iguales se comenzaba a reducir, llega el ciberacoso. El ciberacoso está particularmente presente en las redes sociales virtuales, adquiriendo la forma de intimidación o agresión verbal o mediante la combinación de imágenes y palabras, que pervierte lo que los adolescentes y jóvenes buscan en la red social: amistad, compañía, comunicación. No podemos decir que este tipo de acoso sea más grave que el acoso directo, pero sí que puede tener efectos psicológicos devastadores. Las redes sociales populares -Tuenti en España, Facebook a nivel internacional- son escenarios donde encontrar amigos y apoyo social, lo que en gran parte justifica su éxito, pero donde también se puede encontrar desafecto, agresión e intimidación. Esto, al parecer, ya los sabía Mark Zuckerberg cuando creó Facebook. Hoy esa red es un emporio económico, sin dejar de ser un escenario en el que algunos encuentran el afecto y apoyo y otros desamor y violencia.
Rosario Ortega Ruiz es jefa del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba, directora del doctorado en Aplicar la Psicología y Máster en Intervención Psicológica e Investigación sobre la Justicia, Salud y Bienestar Social
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