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Amenaza asteroide: cómo prepararse ante el impacto

Los expertos de la Agencia Europea del Espacio ponen en marcha un sistema de búsqueda, vigilancia y evaluación de riesgo de objetos celestes potencialmente peligrosos para la Tierra

Hace 65 millones de años un gran asteroide chocó contra la Tierra y desencadenó la extinción no sólo de los dinosaurios, sino de gran parte de la vida en el planeta. Si bien esto sucedió hace mucho tiempo, los objetos procedentes del espacio golpean la Tierra con frecuencia. En 1908 explotó sobre Siberia, en la región de Tunguska, un asteroide de entre 30 y 40 metros de diámetro, y aplastó los árboles en un área de varios miles de kilómetros cuadrados. Hace sólo unos años, en 2007, un objeto de un metro entró en la atmósfera terrestre por encima de Perú y provocó un cráter de 14 metros de diámetro. Por suerte la densidad de población en la zona es muy baja y no se produjeron otros daños. La Agencia Europea del Espacio (ESA) ha puesto en marcha recientemente el programa llamado Space Situational Awareness ( Programa de Conocimiento del Medio Espacial, SSA, en sus siglas inglesas) para abordar esta y otras cuestiones relacionadas con la influencia del espacio sobre nuestro planeta. En este contexto, la ESA organizó la última semana de octubre en su Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC), en Darmstadt, Alemania, un congreso sobre cómo reaccionar ante una posible amenaza de impacto de un asteroide.

Cada día caen a la Tierra unas 100 toneladas de material en forma de los llamados meteoroides, partículas de un centímetro o menores. Los objetos de un metro de diámetro, como el que produjo el cráter de Perú, llegan cada pocos meses. Lo habitual, sin embargo, es que los cuerpos de menos de 40 metros estallen en la atmósfera, antes de llegar al suelo. Los objetos más grandes, de alrededor de un kilómetro, pueden causar daños muy importantes a toda nuestra civilización, pero sólo se dan, por término medio, cada millón de años. Sin embargo, en los últimos años los programas de búsqueda de asteroides han empezado a emplear telescopios más grandes, y estamos descubriendo cada vez más y más objetos de tamaño intermedio entre esos dos extremos. Y hay que tener en cuenta que un asteroide de unos 100 metros ya podría causar un daño local considerable. El impacto de un asteroide es la única catástrofe natural contra la que nada puede hacer la humanidad.

Supongamos que detectamos un objeto que se aproxima hacia nosotros. La mayor parte de las veces, al obtener más observaciones y afinar la trayectoria nos damos cuenta de que pasará de largo. Sin embargo, podría suceder que no pudiéramos descartar la amenaza simplemente porque el grado de precisión de nuestras observaciones no es lo bastante bueno. Eso significa que podemos vernos obligados a reaccionar ante amenazas de impacto muchas más veces de las que estamos realmente en peligro. Este fue uno de los asuntos tratados en profundidad en el congreso celebrado recientemente en Darmstadt. Los expertos estiman que podríamos tener que reaccionar a una amenaza de impacto nada menos que cada 10 o 20 años.

Qué hacer, en concreto, fue otro de los temas de discusión. En la mayoría de los casos bastará con disponer de más observaciones para definir mejor la posición del asteroide, y poder confirmar la ausencia de peligro real. Sólo en casos muy raros será necesario poner en marcha una misión de desviación. Por lo general, un asteroide que suponga una amenaza será descubierto muchos años antes de que se acerque a la Tierra. Para desviar su trayectoria mandaríamos dos sondas a su encuentro. La primera será de reconocimiento: orbitaría el asteroide y lo caracterizaría en detalle. La segunda estaría destinada a golpear el asteroide; simplemente con su energía cinética, la sonda lo desplazaría ligeramente. Después, jugando con la gravedad de la primera nave se podría ajustar la trayectoria del asteroide.

Técnicamente esto es posible ya hoy. No obstante, definir los pasos que deben seguir las decisiones políticas necesarias en un caso así requiere más trabajo. Un asteroide puede impactar en cualquier parte de nuestro planeta, de forma que cualquier discusión sobre si un asteroide peligroso debe o no ser desviado deberá incluir representantes de todos los Gobiernos del planeta y no sólo de las naciones con acceso al espacio. Pero al mismo tiempo puede ser necesario tomar una decisión con mucha rapidez; esto requiere un mecanismo político que permita decidir rápido pero de forma no sesgada. En el congreso organizado por la ESA en ESOC una de las conclusiones fue que debería crearse un Mission Planning and Operations Group (MPOG), un grupo que intervendría en este proceso. Esta y otras recomendaciones serán trasladadas al Comité de Naciones Unidas sobre Usos Pacíficos del Espacio (COPUOS).

El segmento de Objetos Próximos a la Tierra del programa SSA de la ESA está actualmente construyendo un centro de datos en el establecimiento de la ESA en ESRIN, en Frascati, Italia, donde se recogerá la información sobre órbitas de asteroides y se llevarán a cabo los cálculos para predecir a qué distancia de la Tierra pasarán. Este centro aunará la experiencia de los sistemas ya existentes. El núcleo del sistema es la herramienta llamada NEO Dynamic Site (NEODyS), operada desde hace años por un equipo de científicos de Pisa, en Italia, y de la Universidad de Valladolid. Otros elementos serán el Nodo Central Spaceguard Central Node, en Roma, y una base de datos sobre asteroides llamada EARN (European Asteroid Research Node), en Alemania.

Además, la ESA usará su telescopio de un metro de diámetro en el Observatorio del Teide, en Tenerife, para observaciones regulares de asteroides. Se espera que el sistema cuente con más telescopios en el futuro.

El programa SSA es una actividad europea y varios países europeos albergarán elementos esenciales del sistema. Además de hacer frente a la amenaza que pueden suponer los objetos próximos a la Tierra, el SSA se ocupa también de la problemática de la basura espacial -de origen humano- y de los efectos de la meteorología espacial sobre la Tierra. España juega un papel principal en este programa a través del Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC), en Villanueva de la Cañada, cerca de Madrid. La mayor parte del equipo principal de gestión de este programa está en ESAC, y desde ahí se coordina el esfuerzo europeo para entender mejor el medio ambiente espacial y sus efectos sobre la sociedad humana.

Detlef Koschny es Experto en Asteroides y NEO (Objetos Próximos a la Tierra, en sus siglas inglesas) del programa SSA (Conocimiento del Medio Espacial, en sus siglas inglesas) de la Agencia Europea del Espacio (ESA)

Ilustración de una idea para desviar asteroides peligrosos mediante la interacción electrostática de una nave espacial y un asteroide de manera que la primera puede controlar al segundo
Ilustración de una idea para desviar asteroides peligrosos mediante la interacción electrostática de una nave espacial y un asteroide de manera que la primera puede controlar al segundoFABIO ANNECCHINI (17PM DESIGN STUDIO)
Mosaico de imágenes de los asteroides -y sus tamaños relativos- visitados por naves espaciales hasta junio de este año, preparado por Emily Lakdawalla de la Sociedad Planetaria (EE UU)
Mosaico de imágenes de los asteroides -y sus tamaños relativos- visitados por naves espaciales hasta junio de este año, preparado por Emily Lakdawalla de la Sociedad Planetaria (EE UU)

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