6.000 bebés intoxicados y 3 muertos por una leche adulterada en China
El producto, envenenado con una resina artificial, no ha llegado a Europa
La seguridad de los productos chinos vuelve a estar en entredicho. El último escándalo afecta a las leches infantiles: una contaminación ha causado hasta la fecha 3 muertos y 6.244 niños enfermos, según informó ayer el diario oficial China Daily. La crisis obligó al ministro de Sanidad, Chen Zhu, a dar ayer explicaciones. El miembro del Gobierno reconoció que había 4.917 niños enfermos leves, y 1.327, la mayoría recién nacidos, hospitalizados. De ellos, 158 con una insuficiencia renal grave.
En España, un portavoz de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) admitió que habían recibido un aviso de su homóloga en la UE, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Ambos organismos insistieron en que en Europa no se comercializan leches infantiles de ninguna de las marcas afectadas por el escándalo, por lo que no se han tomado otras medidas que estar pendientes de las partidas que se importan. Por su parte, la Agencia de la Alimentación y el Medicamento de EE UU (FDA) emitió el pasado viernes una nota en la que advertía a los posibles consumidores de que no compraran leche maternizada fabricada en China "en caso de que la encontraran", aunque, según la misma nota, este producto no estaba autorizado.
El compuesto que ha causado la intoxicación es la melamina, una resina sintética que se usa, por ejemplo, para dar consistencia a los tableros de conglomerado. La experta en nutrición infantil de la Asociación Española de Pediatría, Lucrecia Suárez, explicó que, aparte de su sorpresa por el origen de la contaminación, la melamina puede producir daños renales en los niños. Si éstos son agudos, el resultado es fatal; si son crónicos, pueden suponer que los pequeños tengan que someterse a medio plazo a diálisis o incluso a un trasplante. En cambio, en adultos la melamina es menos lesiva, ya que el riñón está más formado y puede expulsarla.
El problema viene de largo. El ministro de Sanidad chino admitió ayer que la primera de las víctimas, un niño de cinco meses, murió el pasado 1 de mayo. La segunda, una niña de ocho meses, el 22 de julio. Ambos fallecieron en la provincia de Ghansu.
Juegos Olímpicos
Las defunciones ocurrieron antes de los Juegos Olímpicos, aunque la intervención pública más notoria fuera la de ayer. Esto ha hecho saltar las sospechas sobre un posible ocultamiento de la gravedad de la situación hasta que pasara el gran acontecimiento. La última víctima, de la que no se han dado más datos, murió en Zhejiang. Todos habían tomado leche fabricada por la empresa Sanlu, y vendida por 22 marcas. La distancia entre los lugares donde ha habido casos y el tiempo transcurrido hace temer que el número de afectados aumente. Sanlu admitió que dio la alerta cuando una empresa de Nueva Zelanda descubrió la contaminación. También se han exportado productos de las marcas afectadas a Bangladesh, Yemen, Gabón, Burundi y Birmania.
Hasta ayer, 21 personas habían sido detenidas por el fraude, pero los investigadores tienen como principales sospechosos a dos hermanos, de apellido Geng. También han sido destituidos cuatro funcionarios de la provincia de Hebei. Uno de los detenidos, el mayor de los Geng, ha admitido que empezó a mezclar melamina con la leche que suministraba a Sanlu a finales del año pasado, cuando el mayorista le rechazó varias partidas porque "no cumplían con los requisitos de calidad exigidos" en un contrato de mayo de 2004.
El hombre, de 48 años, ha manifestado que ni él ni su familia tomaban la leche que, sin embargo, vendía a la fabricante de productos infantiles. También ha dicho que sabía que la melamina, posiblemente usada como espesante para conseguir la densidad adecuada, era perjudicial para la salud. Tanto él como su hermano afrontan cargos por la venta de alimentos tóxicos y peligros para la salud. El castigo por estos delitos podría ser la pena de muerte.
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