"Defendemos la cultura de la eficiencia, no la fidelidad perruna"
La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles y su Normalización con los demás países de la UE se creó en 2003 a través de una fundación cuyo objetivo era fortalecer la sociedad civil en un país "poco participativo y asociativo, en el que la sociedad civil es endeble", según su presidente, Ignacio Buqueras.
Y si el objetivo es que los ciudadanos participen en ONG y asociaciones, ¿cómo vamos a lograrlo si ni siquiera tienen tiempo para ellos mismos debido a unos horarios de trabajo tan prolongados como desconocidos en el resto de Europa? Por eso "pensamos que teníamos que cambiarlos. No es posible que la gente salga de sus casas a las siete de la mañana y vuelva a las nueve de la noche. Además, no siempre hemos tenido estos horarios. Hasta los años treinta se almorzaba y cenaba a la misma hora que se hace en el resto de Europa", asegura Buqueras, para quien la jornada de trabajo tiene la culpa de que los españoles durmamos 53 horas menos que la media europea y tengamos la mayor siniestralidad laboral. Y, lo que es más importante, "que los niños estén abandonados y por eso se dé el mayor fracaso escolar del continente".
"El Gobierno debe dar ejemplo, apagar los ministerios a las seis de la tarde"
"Trabajamos 200 horas más que en Europa y somos los menos productivos"
Esta entidad sin ánimo de lucro está integrada hoy por 109 instituciones, ministerios, comunidades autónomas, empresarios, sindicatos y universidades.
Pregunta. ¿Qué han conseguido en estos cinco años?
Respuesta. Después de celebrar 42 plenos, el último en el Senado, hemos conseguido estar presentes en los medios de comunicación, que saliera adelante el Plan Concilia y la publicación del Libro Blanco de los horarios en España. También que, tras nombrarse una subcomisión en el Congreso de los Diputados para estudiar el tema de los horarios, ahora hemos promovido otra comisión para seguir profundizando, avanzando, y que el Gobierno tome medidas. Indudablemente, hemos avanzado, pero no a la velocidad que querríamos.
P. ¿Qué tipo de medidas le están pidiendo al Gobierno?
R. El reto que hemos puesto sobre la mesa del Gobierno, ya que durante el primer semestre de 2010 le corresponde la presidencia europea, es que en los nueve meses que restan para ella dé pasos importantes para normalizar nuestros horarios y ponerlos a la altura de otros países europeos. Tiene que tomar decisiones y ser un referente en este cambio de cultura. Para ello tiene en sus manos el Plan Concilia, que tendrían que cumplir el presidente, los vicepresidentes, todos los ministros y altos funcionarios... Si los ministerios cerrasen a las seis de la tarde, como ocurre en otros países, se ahorraría mucho dinero en coste energético.
P. ¿No cree que la crisis económica pone en juego el objetivo al exigir las empresas a los trabajadores que estén más horas para superarla?
R. Está equivocado el empresario que crea que alargar los horarios de sus empleados es una forma de salir de la crisis. Hay que cambiar la cultura del presentismo, que hace que no salga nadie del trabajo hasta que se van los jefes. Nosotros defendemos la cultura de la eficiencia, no de la fidelidad perruna, que es la que nos ha llevado a trabajar 200 horas más que la media europea mientras tenemos la productividad más baja de la UE. Lo que intentamos es abrir los ojos a la sociedad para cambiar esa cultura.
P. ¿Cómo se puede acabar con la idiosincrasia española?
R. Tomando medidas. Como apagar las luces en las empresas a una determinada hora. Iberdrola ha cambiado los horarios de 11.000 de sus empleados y ha logrado mucho más de lo que imaginaba. Ha aumentado la productividad, ha disminuido de forma importante su gasto energético y la gente está mucho más contenta desde que sale antes. Fundosa, el grupo de empresas de la ONCE, también apaga la red eléctrica para empujar a sus empleados a que salgan del despacho.
P. ¿Las empresas que forman parte de la comisión están tomando este tipo de medidas?
R. Entre nuestros patrocinadores, Iberdrola, IBM, Banesto, Mapfre, Repsol o Telefónica, no les daría un sobresaliente, pero sí un suficiente porque avanzan en el camino.
P. ¿Qué puede hacer el trabajador para luchar contra esta idiosincrasia?
R. Las mujeres tienen que decir basta a un reparto de papeles que ya no sirve y que viene de tiempos en que no se había incorporado al mundo laboral, cuando estaba en casa y el hombre fuera. Al empezar a trabajar ha continuado el horario impuesto por los hombres hace 40 años y así se ha conseguido que no haya nadie en casa con los niños. Pero las mujeres quieren distribuir el tiempo de otra manera. Tener más desayunos y menos almuerzos de trabajo, menos reuniones, y todas ellas con hora de salida. Ése es el camino.
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