"Ya no me da vergüenza decir que escribo"
Clare Morrall (Exeter, Reino Unido, 1952) había escrito cuatro novelas, y un buen número de relatos, antes de lograr su primer contrato editorial con Los niños perdidos. La obra rompió las expectativas al ser candidata al Premio Booker de 2003, que ganó otro autor novel, DCB Pierre, por Vernon God Little. Profesora de música en Birmingham, empleo que aún conserva, Morrall sigue en el candelero con su segunda novela publicada, Caído del cielo (Roca).
PREGUNTA. ¿Cuándo despertó su afición a la literatura?
R. Comencé a escribir de niña relatos que nunca acababa. Vivía en un mundo de ficción. Me parecía más importante que la vida real. Hace unos 20 años me lo tomé más en serio y llegué a escribir cuatro novelas antes de publicar Los niños perdidos. No fue fácil. La rechazaron 33 agentes literarios hasta que finalmente fue aceptada por una pequeña editorial.
P. Debió vivir años de constante frustración.
R. Fue deprimente. Pero yo quería escribir y continué adelante pese a los rechazos. Siempre estaba ansiosa por meterme en la siguiente historia y la comenzaba al mismo tiempo que enviaba la novela acabada a una editorial o agente. La excitación de la obra nueva hacía más llevadero el rechazo de la anterior. Escribir me sienta bien, funciono mejor. El pensamiento intelectual y el proceso creativo son esfuerzos muy saludables y satisfactorios.
P. ¿Sintió presión al ser candidata al Premio Booker?
R. No pude creer que habían seleccionado mi novela. Nadie había oído hablar de mí y perdí entrevistas porque olvidé encender el móvil. El Booker ha cambiado mi vida. Todavía doy clases porque me gusta y quiero mantener la relación con mis alumnos. Pero escribir ya no es un hobby, es mi profesión. Ya no me da vergüenza decir a la gente que escribo.
P. ¿Espera publicar sus textos inéditos?
R. Probablemente no. Siento que he mejorado mucho y tengo un sinfín de ideas para desarrollar en el futuro. Me gusta escribir sobre personas que viven en los bordes de la sociedad, que no saben cómo encajar y son incapaces de adaptarse. Intento comprender por qué hacen cosas extrañas o antisociales y viven con frecuencia aislados en su propio mundo. Supongo que es un reflejo de la sociedad actual en la que vemos un gran deseo de participar en todo y de ajustarse a las normas. La individualidad se desprecia.
P. ¿Qué aspectos aborda en Caído del cielo?
R. Culpabilidad es uno de sus principales temas. Me alarmó leer sobre la persona que no cerró la compuerta del transbordador que se hundió en Zeebrugge, sobre el que hizo la última revisión antes de que explotara el Concorde. Quise explorar cómo se enfrenta un individuo a este tipo de circunstancias. Los medios siempre buscan a alguien a quien culpar de algo. Pueden, desde luego, ser culpables, pero debe ser muy difícil cargar con semejante peso.
Clare Morrall ha publicado Los niños perdidos y Caído del cielo (Roca).
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