El ídolo sale de la cueva
"cuando apareció su vídeo de Aphex Twin, en Londres no se hablaba de otra cosa. Todo el mundo decía que se avecinaba un genio. Y mucha gente me sugirió que tratara de trabajar con él". Así resumía Björk su tímido acercamiento a Chris Cunningham (Reading, 1970), un realizador de videoclips que a finales de los noventa extendió su carta de presentación definitiva al mundo. Le bastó poblar un barrio deprimente (Thamesmead, el mismo donde Kubrick rodó La naranja mecánica) de perturbadores infantes clónicos y un mesías diabólico para dinamitar las reglas estilísticas promulgadas por la MTV. Come to daddy (1997), que rodó para su amigo Aphex Twin, ayudó a Cunningham a subvertir también el cauce creativo entre músicos y realizadores. Al igual que sus compañeros de generación Spike Jonze o Michel Gondry, él decidía con quién trabajar y qué ideas llevar a cabo.
"Que se hable tanto de Lady Gaga indica lo bajo que ha caído la cultura popular"
Madonna acudió corriendo a la llamada de las musas y le encargó Frozen (1998), visto hoy, uno de los clips menos interesantes de Cunningham. La estrella del realizador fagocitó la personalidad de la diva. Justo lo contrario de lo que sucedió con su lectura de All is full of love (1998), de Björk, para algunos, el mejor videoclip de la historia.
Apabullado por los epítetos grandilocuentes, llegado el siglo XXI, Cunningham se esfumó. Nada de entrevistas, ninguna comparecencia pública y trabajos con cuentagotas. Su obra se abrió paso en las galerías de arte y su estilo se convirtió en garantía de éxito en spots publicitarios. Sus videocreaciones se aplaudían en la Bienal de Venecia y sus servicios eran requeridos para PlayStation, Levi's o Nissan. Pero Cunningham, que arrancó su carrera creando animaciones robóticas para películas como Juez Dredd o Inteligencia artificial, contemplaba otro horizonte: la adaptación de Neuromancer, la novela decana del ciberpunk. Incluso se convirtió en el único director con el beneplácito de su autor, William Gibson. Una década después, Cunningham se resiste a declarar sobre el estado del proyecto, aunque los fans hayan perdido toda esperanza.
El otro sueño de Cunningham es producir su propia música. En lugar de encerrarse en el estudio, lo ha convertido en una abrumadora experiencia que escupe imágenes y sonido durante una hora. Rompió esta crisálida ante 30.000 espectadores en Japón, en 2005, y empezó a rodarla el año pasado, en la celebración del 20º aniversario de la discográfica Warp. El próximo fin de semana podrán vivir esta catarsis los asistentes al SOS Festival de Murcia.
De manera excepcional, Cunningham nos ha concedido esta entrevista. Con dos condiciones: sólo respondería por e-mail y no aceptaría ninguna pregunta sobre su pasado. Llámenlo alergia a la nostalgia o futurismo radical.
EP3. Lo último suyo que hemos visto son unas fotos para la revista Vice con posados de gente desnuda con sus partes íntimas deformadas. ¿Qué le pasa a usted con el porno?
Chris Cunningham. Eran una coña, una parodia de las revistas porno baratas. Surgieron a raíz de unas pruebas de efectos especiales que hice en el baño de mi casa. No pretenden dar morbo o excitar. Son sólo imágenes horribles que hice por diversión, donde, en lugar de aparecer cabezas reventadas, aparecen sexos reventados.
EP3. En una entrevista reciente, el músico Adam Greene decía que todo hombre, cuando tiene un aparato electrónico nuevo ?ipo iPad?en la mano, se pregunta si podrá masturbarse con él. ¿Está de acuerdo?
C. C. Paso de perpetuar la imagen completamente falsa de pervertido baboso que se tiene de mí. Así que sin comentarios.
EP3. ¿Por qué las máquinas le resultan tan sexys?
C. C. Depende de la máquina. La mayoría no son sexys, a no ser que las haya diseñado Bimota [una emblemática marca artesanal italiana de motos].
EP3. ¿Cuál es la mayor mentira que ha leído sobre usted?
C. C. Que soy un enfermo pervertido.
EP3. ¿Y la mayor verdad?
C. C. Que sólo habéis visto la punta del iceberg. Por eso la gente piensa que soy un pervertido: no han visto suficiente de mí como para juzgarme a fondo.
EP3. Cuando su colega Michel Gondry vio el último vídeo de Lady Gaga con Beyoncé, Telephone, dijo que no puede soportar a esta especie de Marilyn Manson femenino. ¿Cuál diría usted que es la contribución de Lady Gaga al show business?
C. C. No puedo opinar gran cosa sobre ella o su música, pero el hecho de que se hable tanto de Lady Gaga, para mí es un indicio de lo bajo que ha caído la cultura popular. Tiene sentido si eres una niña de 12 años que no ha oído nunca sobre Prince, Madonna, Michael Jackson, David Bowie o Grace Jones. Me desorienta, porque con esa edad yo escuchaba a Kraftwerk, Human League o la new wave y estaba (aún lo estoy) emocionado por las posibilidades y el futuro de la música. Cosas como Lady Gaga me hacen pensar que hemos involucionado y que vivimos en un universo alternativo donde Madonna nunca existió.
EP3. El sexo, la ciencia-ficción y la música oscura parecen haberle influido especialmente. ¿Qué añadiría a esta lista?
C. C. Kraftwerk, Debussy, John W. Waterhouse, Tex Avery, John Bonham, Led Zeppelin, Pink Floyd, Mark Knopfler, Tom Morello, Steve Malkmus, Gary Young, Rob Bottin, la electrónica experimental del siglo XX, la música clásica?
EP3. Parece que Neuromancer nunca verá la luz. He leído que anda preparando otra película. ¿Por qué está tardando tanto?
C. C. Porque prefiero pasarme media mañana leyendo el periódico en el váter.
EP3. No parece trabajar mucho. ¿Qué hace cuando está sin blanca?
C. C. Estoy trabajando en dos guiones, pero soy lento. Entretanto, exploro ideas y técnicas en pequeños trabajos que otros directores copian antes de que yo tenga la oportunidad de desarrollarlas en un largometraje. Por eso prefiero mantenerme fuera de radar. Cuando necesito pasta hago un anuncio de perfume o algo así.
EP3. ¿Cuál es su idea del infierno?
C. C. Escuchar a M-People y Lightning Seeds el día entero.
EP3. ¿Nos cuenta de qué va su show?
C. C. Incluye remezclas audiovisuales de Aphex Twin, Squarepusher, Gil Scott-Heron y Grace Jones, junto con temas míos. Alguien dijo que es como un viaje de fenciclidina. Aunque no haya probado esa droga, es una definición que me gusta. n
Chris Cunningham actúa mañana en el SOS Festival de Murcia. www.sos48.com
Chris Cunningham es alérgico a los retratos. A la izquierda, fotografiado por su amigo Mark Romanek en 2003. Arriba, su visión de la lucha de sexos en la videoinstalación Flex (2000). Abajo, los perturbadores niños con máscaras de látex emulando la cara de Aphex Twin en Come to daddy (1997). Arriba, Björk androidizada para el videoclip de All is full of love (1998). Aquí, un momento del show Chris Cunningham Live, con el que visita el SOS Festival.
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