Chicago Transfer
Un vertiginoso tráfico verbal acelera desde el principio esta estupenda opera prima del norteamericano Adam Langer, que sumerge al lector en el hormiguero urbano de Chicago, su ciudad natal, a principios de los ochenta, en un barrio judío en el que las tres familias que el narrador ha elegido, desestructuradas como la sociedad que les toque en suerte, viven los días interminables de la crisis de los rehenes de Irán, un punto de inflexión en la sociedad americana, que ya veía que la muerte de Lennon presagiaba la de la tolerancia de las drogas y la revolución sexual y feminista, y que la llegada de Reagan oscurecería el país para siempre. Langer confiesa que Cruzar California es un ejercicio autobiográfico de memoria personal de unos años de educación sentimental que pasó entre un lado y otro de la Avenida California, inmerso en un relato coral entre el inglés slang adolescente -Salinger asomándose a muchos de los pasajes de la novela- y el recuerdo familiar de la lengua yídhis, entre conversaciones entrecortadas, transcripciones fonéticas y un simulacro tan perfecto de la oralidad y la inmediatez de la vida callejera que el lector no se siente un voyeur de la trama, sino parte integrante de ella, y a ello contribuye, claro está, la eficacísima traducción de Javier Calvo, y el glosario cómplice que cierra el libro, y que es en realidad una cronología cultural de los ochenta, de Pink Floyd a Taxi Driver, de Philip Glass a Jomeini, entreverada con las voces alfabetizadas de la comunidad judía. El Chicago judío de Langer, con la crónica de la vida de barrio y los entresijos de la supervivencia cotidiana y los diálogos y el habla oral presentes de forma obsesiva, entronca con el Chicago no menos judío de Bellow en Herzog (1964), novela que Langer tiene fresca en la memoria, y desde luego también con el Manhattan judío de Henry Ira Stigman Roth, desde Llámalo sueño (1934) a la gigantesca tetralogía autobiográfica A merced de una corriente salvaje, de Isaac Bashevis Singer o de Philip Roth. Langer ha escrito una espléndida crónica neurótica de los suburbios, entre Spike Lee y Hanif Kureishi, un plano emocional del Chicago de las clases medias de los ochenta aderezado con un buen humor y un buen estilo que reciben con dignidad sobrada la herencia de El lamento de Portnoy de Roth. Deprisa, deprisa, decenas de vidas entrecruzándose de forma sumamente plástica por las páginas de esta novela urbana y real como la vida misma.
Cruzar California
Adam Langer
Traducción de Javier Calvo
Papel de liar. Barcelona, 2011
511 páginas. 22 euros
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