"Los insectos nos pueden decir mucho del pasado y el futuro"
Uno de los paleoentomólogos de referencia mundial, Xavier Delclòs (Lleida, 1962), se paseaba ayer en mangas de camisa, con aspecto de excursionista, por las dependencias del Palacio Europa de Vitoria, junto a colegas provenientes de China, Sudáfrica o Estados Unidos que participan en el 2007 Fossilsx, la cita más importante del mundo en su disciplina.
Este profesor del Departamento de Estratigrafía, Paleontología y Geociencias Marinas de la Universitat de Barcelona ha descubierto la tela de araña más antigua que se conoce, de hace 110 millones de años. Más de 150 investigadores comentan entre sí estos días en Vitoria los resultados de estudios similares, que "servirán para comprender mejor el presente y el futuro de la Tierra", explica Delclòs.
"Los dinosaurios no desaparecieron de repente. Sus especies sufrieron una reducción paulatina hasta la extinción"
"Hace 150 millones de años, y en la actualidad, entre el 80 y 90% de los organismos que habitan en un ecosistema son insectos"
La razón de que se celebre en Vitoria esta cita en la que están presentes los mejores expertos del mundo en el campo de los insectos de la época de los dinosaurios se debe rastrear en los yacimientos alaveses de ámbar, en las localidades de Peñacerrada y Salinillas de Buradón, claves para comprender la historia del planeta a la altura del Cretácico, hace 110 millones de años.
Pregunta. ¿Cómo era Peñacerrada en aquellos tiempos?
Respuesta. Para que se haga una idea, como los manglares de Florida (EEUU), un gran delta inundado, una zona muy húmeda y frondosa, que rondaba entre temperaturas de 20º en la estación húmeda y 40º en la seca. Es decir, no había invierno o verano: las temporadas alternaban en función de las lluvias.
P. Y todo plagado de insectos, como refleja el ámbar de Peñacerrada.
R. Como hoy. Hace 150 millones de años, y en la actualidad, entre el 80 y 90% de los organismos que habitan en un ecosistema son insectos. Otra cosa es que la entomología, y más la paleoentomología, no resulte tan atractiva para el público como otras disciplinas que estudian los mamíferos o los dinosaurios.
P. Por cierto, ¿por qué desaparecieron los dinosaurios?
R. Cada vez está más claro que no fue una única causa. Es cierto que cayó un gran meteorito en lo que hoy es Yucatán (México), que afectó a la biología terrestre, pero también se registraron grandes erupciones volcánicas en India. Y los dinosaurios no desaparecieron de repente. Sus especies sufrieron una reducción paulatina hasta la extinción.
P. ¿Se conserva alguna huella de aquellos seres?
R. Por supuesto. Todas las aves proceden del grupo de los dromeosaurios.
P. Pero el congreso que estos días se celebra en Vitoria se centra en los insectos.
R. Efectivamente. Desde que aparecen los primeros artrópodos hace 350 millones de años, cuando abandonan las aguas marinas para introducirse en las continentales y luego salir a la tierra. Y en las investigaciones se pueden encontrar aportaciones curiosas, como la que vincula los escarabajos con la alimentación de los dinosaurios.
P. Explíquese, por favor.
R. El debate que se mantiene se centra en si la labor que realizan hoy en día los escarabajos para transformar los excrementos y conseguir que se regeneren los campos ya se llevaba a cabo en tiempos de los dinosaurios o sólo apareció cuando los mamíferos dominaron la Tierra. Puede parecer baladí, pero es una muestra de cómo el conocimiento de cualquier detalle del pasado remoto puede servir para explicar acontecimientos actuales.
P. ¿Los cambios climáticos que ha sufrido la Tierra inciden en la extinción de las especies?
R. Depende. En general, esos cambios del clima son bastante lentos, lo que permite la adaptación de animales y plantas a las nuevas circunstancias. Quiero decir que la desaparición de tantas especies en la actualidad se debe más a la acción del hombre que a este calentamiento de la Tierra.
P. ¿Dadas sus investigaciones, sería posible realizar una prospectiva a partir de los estudios que surgen de la paleontología?
R. Por ahora, no. De todos modos, la situación más extrema prevista hacia 2100 sitúa una subida del nivel del mar de 40 centímetros, que no es para tanto. Habrá que empezar a preocuparse cuando ese calentamiento de las aguas alcance las profundidades marinas, desde donde se rige todo el ritmo de la Tierra.
P. Quizá cuando los estudios de los microorganismos e insectos fósiles alcance cierta envergadura se puedan ofrecer más datos sobre la actualidad.
R. Ahí se centran nuestras hipótesis. Parece que la gente comienza a darse cuenta de que los insectos son importantes, que nos pueden ofrecer mucha información sobre el pasado, el presente y el futuro. Por eso son tan importantes los estudios del ADN de los fósiles del ámbar de Peñacerrada.
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