En la autovía a cinco por hora
Paseantes y ciclistas recorren la carretera del Urumea antes de su inauguración oficial - La vía se abre mañana al tráfico de vehículos
Una carretera sin bocinazos ni atascos. ¿Una carretera o una alameda? La autovía del Urumea se convirtió ayer en paseo peatonal y bidegorri en el tramo comprendido entre los barrios donostiarras de Martutene y Amara. Los vehículos tenían prohibida la circulación. La Diputación de Guipúzcoa ha declarado este fin de semana como jornadas de puertas abiertas para permitir que los ciudadanos transiten por este vial que tiene 1.400 metros de longitud y ha supuesto una inversión de 46 millones de euros. Un rosario de personas tomó el asfalto de la milla de oro -así llamada porque mide casi como la unidad métrica anglosajona y por su elevado coste- antes de que a las tres de la tarde de mañana se abra al tráfico de vehículos.
La idea de abrir una autovía a los peatones se estrenó en 1995 con la de Leitzaran
El nuevo tramo mide 1.400 metros y ha costado 46 millones de euros
La carretera se abrió a las nueve de la mañana, pero media hora antes ya varias personas aguardaban para estrenar el firme, según aseguró el guarda de seguridad que controlaba el acceso.
Esta fórmula de puertas abiertas se puso en marcha por primera vez cuando se inauguró la autovía de Leitzaran en 1995. No había vuelto a repetirse hasta la apertura, a fines de junio pasado, de los 17 kilómetros del Segundo Cinturón donostiarra de la AP-8. A la vista de la buena acogida que tuvo esa vez, ya es costumbre para la institución foral. Se ha hecho hace poco en la variante de Mondragón, con éxito también, y ahora en la autovía del Urumea.
"Para las bicis es una maravilla. Desde Martutene hasta el centro de la ciudad te pones en un periquete", afirmaba uno de los usuarios del vial. Cuando se abra al tráfico, el trayecto Astigarraga-San Sebastián se podrá hacer en cuatro minutos, y desde Urnieta, en algo más del doble. El alcalde de esta última localidad, el independiente Mikel Izagirre, recorrió en bicicleta el tramo abierto al público. El regidor hizo en su día campaña en contra de la autovía del Urumea, pero ahora es de los primeros en utilizarla.
La mayoría del gran número de personas que quiso conocer ayer la nueva carretera prefirió pasear, mientras otros corrían, muchos iban en bicicleta y algunos patinaban. Un cartel luminoso con el mensaje "Bienvenidos. Autovía Urumea", en euskera y en castellano, recibía a los presentes. La megafonía del túnel recordaba cada poco: "Circulen con precaución y no manipulen los equipos de seguridad".
La carretera estará en servicio desde mañana entre la capital guipuzcoana y Urnieta. Solo faltan por terminar las obras entre Urnieta y Andoain, previsiblemente a comienzos de 2011. La autovía está concebida para restar tráfico a la saturada N-I y absorber una media de 25.000 vehículos al día.
La entrada del vial en San Sebastián, que se inaugura oficialmente mañana, discurre en paralelo a las vías de Renfe y ofrece vistas a la cárcel de Martutene, los cuarteles de Loyola y la hípica donostiarra.
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