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Entrevista:CARMEN ARBUÉS | Maquilladora y artista de 'bodypainting'

"En arte estamos en una época muy clásica; todo escandaliza"

Visita Bilbao como maquilladora del musical La revista negra, que ofrece el Teatro Arriaga hasta el próximo domingo, y su carrera profesional en Francia incluye trabajos para cine, teatro, publicidad, moda y videoclips. Sin embargo, Carmen Arbués (Murillo de Gállego, Zaragoza, 1964) es reconocida a nivel internacional sobre todo por su trabajo como artista de bodypainting (pintura sobre el cuerpo) en espectáculos como Le Rêve. Su último proyecto es el libro De un mundo a otro, que recopila imágenes firmadas por su marido, el fotógrafo Françoise Poirier, en las que los cuerpos desnudos y pintados de mujeres embarazadas se funden con exuberantes paisajes, exhiben dibujos coloristas o se convierten en estatuas.

"Es una catástrofe que en 2007 estemos atadas a la dictadura de la delgadez"

Pregunta. ¿Por qué ha elegido a la mujer embarazada como protagonista del libro?

Respuesta. Quería hacer un homenaje a la maternidad, y me interesó el cambio de volúmenes de la embarazada. Las propias mujeres, a quienes conocía del mundo del arte, han inspirado cada foto: hemos representado su realidad, su profesión o su forma de vivir el embarazo. Ha habido que adaptar el ritmo a sus necesidades, pero ha sido una experiencia única. A veces, al pintar en la zona de la tripa, el niño se movía y deformaba el dibujo. Una mujer embarazada es un lienzo muy especial. Es único notar bajo la creación el palpitar de una nueva vida.

P. El desnudo, tan presente en el arte, sigue escandalizando.

R. He mostrado mi trabajo incluso a sacerdotes y no lo han encontrado obsceno. Ni siquiera las modelos se sentían desnudas, porque el embarazo actúa como una especie de máscara, pero la sociedad sigue siendo muy conservadora, más que en los ochenta, cuando sentíamos que nos quedaba todo por hacer. En arte estamos en una época muy clásica; la gente se escandaliza por todo.

P. Muestra la belleza real frente a la perfección de las modelos.

R. El cuerpo de la mujer atraviesa momentos muy dramáticos. Es una catástrofe que en el año 2007, cuando tendríamos que ser más libres que nunca, estemos atadas a la dictadura de la delgadez. No existe un tipo único de mujer bella, y yo he querido homenajear a todas.

P. ¿Por qué le interesa trabajar con cuerpos bajo el agua?

R. Empecé con Muriel Hermine, la estrella francesa de la natación acuática, y la notoriedad que adquirió el espectáculo me posibilitó participar en Le Rêve. Yo misma fabrico el maquillaje junto a un químico, porque el producto tiene que estar hecho a medida, para que se vea a larga distancia y dure. En el libro también he incluido fotos bajo el agua, porque cambia la manera de posar. La modelo se deja caer como si estuviera volando.

P. ¿Cómo es el trabajo en La revista negra?

R. Es un espectáculo muy dinámico, mágico, y trabajar en él es muy divertido, pero caótico. Hay que transformar en minutos a los actores para que pasen de esclavos a estrellas de la revista.

P. ¿Cine o teatro?

R. Me gusta alternarlos porque los ritmos son distinto. Del teatro me gusta que es efímero y del cine todo lo contrario: saber que mi trabajo quedará para siempre en la pantalla. Es obvio que gusta hacer un trabajo espectacular, pero lo más importante es conectar con el director, ayudarle a conseguir lo que quiere plasmar.

P. ¿Qué proyectos prepara?

R. Mi marido y yo estamos empezando otro libro, con fotografías de bailarines y deportistas de élite pintados. Tras las posturas estáticas, a modo de diosas, de las embarazadas, las nuevas fotografías estarán caracterizadas por el movimiento, gracias a las formas imposibles que adoptan con sus cuerpos.

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