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El Parlamento da un espaldarazo al empadronamiento de los 'sin papeles'

El PP se desmarca del consenso de todos los partidos sobre la inmigración

En plena controversia por las promesas electorales del PP en materia de inmigración, el Parlamento respaldó ayer el segundo Plan vasco de Inmigración 2007-09. Su principal apuesta es proponer el empadronamiento de todos los inmigrantes que vivan en Euskadi, tengan o no los papeles en regla. La inscripción en el padrón es la vía de acceso a los servicios básicos, desde la atención sanitaria a la educación, pasando por los subsidios municipales. Y es la mejor garantía de que los inmigrantes se incorporan a la sociedad.

El Parlamento resaltó que el empadronamiento constituye un "derecho y un deber". Todos los partidos excepto EHAK, que no participó en el debate, respaldaron esta medida, incluido el PP, que se desmarcó del resto del plan. Los populares se oponen básicamente por una cuestión ideológica, pues el plan defiende el modelo de regularización para todos los inmigrantes, aunque el Gobierno vasco no tiene competencias en este campo.

Refriega verbal

Estas diferencias abrieron una refriega verbal entre el consejero de Asuntos Sociales, Javier Madrazo, y el popular Borja Semper. Madrazo quiso dejar claro que la apuesta del Ejecutivo tripartito es por la interculturalidad y no por el "asimilacionismo", en alusión al discurso del líder del PP, Mariano Rajoy, de los últimos días. Las medidas planteadas por Rajoy, como el denominado contrato de integración, firmado entre el Estado y cada trabajador extranjero, que obliga a éste a cumplir las leyes, respetar las costumbres de los españoles, aprender la lengua, pagar los impuestos y trabajar para integrarse, sobrevolaron el debate.

Cuando Semper resaltó que con ese modelo de papeles para todos, el Ejecutivo vasco va a crear falsas expectativas entre los inmigrantes, Madrazo le replicó que la política del PP puede provocar brotes de racismo y xenofobia.

El espaldarazo que otorga la Cámara al empadronamiento servirá para vencer las reticencias expresadas por algunos ayuntamientos, que ponen trabas para aceptar a trabajadores sin tarjeta de residencia porque no pueden demostrar que disponen de un domicilio fijo. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), 98.524 extranjeros estaban empadronados en los ayuntamientos vascos en enero de 2007, de los que cerca de 26.000 provienen de países de la Unión Europea, 15.000 de África, 43.000 de América del Sur y otros 46.000 de Asia. En total, representan el 5% de la población que reside en Euskadi. Un 70% de ellos se encuentra en situación regular.

96 millones para ayudar a integrar

El segundo Plan vasco de Inmigración cuenta con una dotación presupuestaria para el trienio 2007-09 de 96 millones de euros, que son aportados por el Gobierno, las diputaciones y los ayuntamientos. El objetivo es integrar en la sociedad a los cerca de 100.000 extranjeros que residen en Euskadi, de los que el 75% tiene un empleo. El documento promueve, fundamentalmente, la inserción de los inmigrantes en el mercado laboral. Según las instituciones, este es el mejor camino para que se adapten mejor a su nueva situación.

Un ejemplo de ello es que la afiliación de trabajadores extranjeros a la Seguridad Social creció en la comunidad autónoma el 19,4% el año pasado, hasta totalizar a 31 de diciembre 48.861 cotizantes ocupados. En total, la afiliación creció durante 2007 en 23.500 personas, lo que significa que uno de cada cuatro nuevos empleo creados es ocupado por personas que proceden de otros países. Después de varios años de retraso con relación a otras comunidades la incorporación de trabajadores foráneos, la afiliación extranjera aumenta en el País Vasco a un ritmo que dobla la media nacional.

Más control sobre los 'pisos patera'

Entre las propuestas de resolución que ayer aprobó el Parlamento para mejorar el Plan de Inmigración destacan algunas relacionadas con el trabajo y con la vivienda. El PP sacó adelante 7 de las 39 propuestas presentadas. En una de ellas incide en la necesidad de aumentar el control y las inspecciones sobre las viviendas en las que residen los inmigrantes. El objetivo es desterrar los pisos patera, donde se hacinan una gran cantidad de inmigrantes que malviven en pésimas condiciones.

El PSE también apoyó una iniciativa del PP para que se realicen estudios individuales a los inmigrantes que demandan empleo para comprobar su cualificación laboral. Sin embargo, el tripartito se opuso, lo que se tradujo en un empate final que tendrá que resolverse en la próxima comisión.

Desarrollar acciones que favorezcan el diálogo interreligioso y el apoyo al aprendizaje de las lenguas nativas son otras medidas aprobadas. Los partidos coincidieron en que la presencia de inmigrantes es una oportunidad y no un peligro. "Se trata de un enriquecimiento mutuo, de los extranjeros y de la sociedad vasca".

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