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El PNV y el PP aproximan posiciones de cara a una reforma tributaria

De Andrés y Bilbao analizaron la posibilidad de acuerdos a finales de agosto

Javier Rivas

El debate de la resistencia y la posible salida a la crisis se va a jugar este otoño en Euskadi tanto en el terreno del ajuste del gasto como en el de los ingresos por vía fiscal. El Gobierno, con el propio lehendakari, Patxi López, marcando el ritmo, quiere abrir ya el melón de una reforma tributaria, precisamente cuando más complejo es el panorama, con los cuatro actores llamados a pactarla (el Ejecutivo y las tres Diputaciones) cada uno en manos de un partido distinto. En este marco, el PNV y el PP se han embarcado en su intento más serio para aproximar posturas en materia fiscal.

Técnicos de las Diputaciones de Bizkaia, en manos peneuvistas, y de Álava, controlada por el PP, han mantenido reuniones en las últimas semanas, que seguirán próximamente, para hacer los primeros números, pero, sobre todo, existe una voluntad política por ambas partes para el acuerdo, según fuentes al tanto de los contactos. Esa voluntad se ratificó en la comida privada que mantuvieron el pasado 30 de agosto en Vitoria los dos diputados generales: el alavés Javier de Andrés y el vizcaíno José Luis Bilbao.

El ajuste no será "en ningún sentido traumático", resalta un dirigente del PP
La voluntad de pacto se extiende a la lucha coordinada contra el fraude
Técnicos de Bizkaia y Álava analizan el IRPF y la efectividad de las bonificaciones

Las conversaciones se limitan por el momento al IRPF, analizando las bonificaciones existentes para ver cuáles son más efectivas en este momento de crisis y cuáles pueden ser sustituidas. "De Patrimonio y Sociedades no se ha hablado todavía", indican dichas fuentes.

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La pretensión que se maneja apunta a no subir la presión fiscal en los ámbitos de generación de empleo, principalmente de las pymes y a aplicar medidas conjuntas contra el fraude, empezando a trabajar de una forma más coordinada y con intercambio de datos.

Este último punto es una de las obsesiones del Ejecutivo y de López, quien en su comparecencia institucional de la semana pasada tras el Consejo de Gobierno insistía en que resulta "insostenible" la descoordinación en la lucha contra un fraude que le cuesta a Euskadi casi 2.500 millones de euros al año. Las instituciones forales han sido siempre muy celosas de sus datos fiscales, lo que ha hecho casi imposible esa actuación coordinada.

Ambas Diputaciones no han mantenido ningún contacto con Gipuzkoa y su intención es limitar la búsqueda de un acuerdo a Bizkaia y Álava, dada la distancia que peneuvistas y populares mantienen con Bildu en materia fiscal.

El posible acuerdo entre el PNV y el PP se reflejaría en próximas reuniones del Consejo Vasco de Finanzas, el órgano en que se sientan el Ejecutivo y las tres instituciones forales, "no como un frente unido, sino intentando implicar al Gobierno", apuntan las citadas fuentes.

El PP, pese a su condición de socio preferente del Gobierno, económicamente siempre se va a entender mejor con el PNV que con un partido de izquierdas, como reconocen sus dirigentes. Y la posibilidad de llegar a acuerdos entre ambos cuenta con mucho más peso tras el 22-M, cuando los populares han recuperado el control de la Diputación alavesa.

Junto a ello juega que ambos partidos se pueden necesitar mutuamente para sacar adelante los presupuestos forales de sus respectivos Gobiernos en minoría. El PP, que trabaja en esta cuestión de forma completamente coordinada con la Diputación alavesa, ha de compatibilizar este acercamiento al PNV con su condición de socio presupuestario del Ejecutivo, cuando la negociación de las cuentas de 2012 comenzará en próximas semanas.

Contribuyentes en las oficinas de la Hacienda vizcaína en una campaña de la Renta.
Contribuyentes en las oficinas de la Hacienda vizcaína en una campaña de la Renta.LUIS ALBERTO GARCÍA

Tercer presupuesto a la baja

El Gobierno y el PP, el socio con el que ha contado los dos últimos años para sacar adelante los presupuestos, apenas han entrado en materia para diseñar las cuentas de 2012. Los responsables de la negociación por ambas partes, el consejero de Economía, Carlos Aguirre, y el parlamentario popular Antón Damborenea se reunieron el pasado mes de junio de forma preliminar y desde entonces no ha habido nuevos contactos detallados.

Existe cierto retraso sobre la negociación del anterior ejercicio porque ambas partes quieren saber lo más exactamente posible cuáles son los ingresos de que dispondrá el Ejecutivo antes de entrar en el detalle de los números.

Pese a las dificultades económicas, las diferencias en materia fiscal o el hecho de que las cuentas se vayan a negociar en plena pugna de las elecciones generales de noviembre, en el PP no hay duda de que al final habrá acuerdo por tercer año consecutivo. Y por tercer año va a ser un presupuesto a la baja y con recortes. Las primeras cuentas que los socialistas dibujaron tras su llegada al Gobierno en 2009 -el presupuesto para el año pasado- ya introdujo una rebaja sobre el anterior. Y el actual siguió la misma senda, si no se cuenta con la transferencia puntual de las políticas de empleo (ver gráfico).

El Gobierno sabe que serán precisos nuevos recortes, pero su intención es salvar el gasto social, la educación, la sanidad o las políticas de generación de empleo, es decir, ajustar en todo aquello que "suponga no tocar hueso", en palabras del propio lehendakari. Los populares consideran que todavía queda margen para reducir el gasto corriente, pero alguno de sus dirigentes también se pregunta en voz alta "¿qué es hueso para López?", es decir, a qué puntos habrá que dirigir al final la poda.

El ajuste no va ser "traumático en ningún sentido", apunta un responsable popular, sobre todo si se compara con las políticas aplicadas en otras comunidades autónomas, algunas de ellas de sus correligionarios del PP. "No va a ser equiparable a ningún otro lugar de España", insiste este dirigente.

Su objetivo será de nuevo la que ha sido una de las banderas políticas del PP ya desde la campaña de las autonómicas de hace dos años: meter la tijera en los gastos "supérfluos": personal no funcionario, sociedades pública, adelgazamiento de los organigramas, etcétera.

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Sobre la firma

Javier Rivas
Forma parte del equipo de Opinión, tras ser Redactor Jefe de la Unidad de Edición y responsable de Cierre. Ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS, donde ha trabajado en las secciones de Nacional y Mesa de Cierre y en las delegaciones de Andalucía y País Vasco.

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