La herencia de Blair
Ed Miliband se convierte en el nuevo líder de los laboristas gracias al apoyo de los sindicatos
Ed Miliband será el nuevo líder del Partido Laborista británico. La elección se resolvió a su favor por un estrecho margen en el que resultó decisivo el apoyo de los sindicatos para que se impusiera a su hermano David, con el que competía. El conjunto del Laborismo era consciente de la necesidad de propiciar un cambio de rumbo tras el desastre electoral de mayo, que llevó a la dimisión de Gordon Brown. Faltaba por decidir, sin embargo, la dirección de ese cambio. Y eso es lo que, en principio, hicieron ayer los laboristas.
Ed Miliban procede del ala más a la izquierda de la tercera vía auspiciada por Tony Blair, desde la que no solo se reprocha al antiguo primer ministro su excesivo pragmatismo sino también, y sobre todo, su implicación en la guerra de Irak. Aunque por una mínima diferencia, esta es la herencia de la que los laboristas han querido deshacerse con la elección del nuevo líder. Otra cosa es que lo consigan, puesto que los resultados demuestran que el blairismo sigue contando con un importante apoyo en el partido. Con el agravante para Ed Miliban de que ese apoyo es ligeramente mayoritario entre los parlamentarios y las bases del partido, aunque no entre los sindicatos.
El estrecho margen en el que se ha decidido la elección, así como el desigual reparto de los votos entre los diversos sectores del partido, auguran un comienzo difícil para Ed Miliband. La consolidación de su liderazgo dependerá de su capacidad para encontrar, no un discurso de compromiso entre pragmáticos e izquierdistas, sino un programa nuevo que permita resolver las contradicciones que quedaron planteadas bajo la dirección de Blair y que llevaron a un severo castigo del electorado.
En contra de Miliband podrían jugar los plazos de una eventual recuperación económica. Si Reino Unido se sumara al grupo de países que, como Estados Unidos y Alemania, empiezan a entrever la salida de la crisis, los méritos recaerían sobre el actual Gobierno de conservadores y liberales. A favor de Miliband, en cambio, se contabilizaría la posibilidad, por ahora no visible, de que el entendimiento entre los socios de Gobierno se debilitara. Gordon Brown fracasó en la tarea de dirigir el laborismo desde el poder tras el hiperliderazgo de Blair. Miliband, que se formó políticamente en el entorno de Brown, se enfrenta a la misma tarea, solo que desde la oposición.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.