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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Reformas de urgencia

El mercado laboral necesita cambios, como el modelo alemán, para que el paro no llegue al 20%

El profundo deterioro del mercado de trabajo en España aconsejaba decidir varios cambios en la contratación que permitieran sostener el nivel de empleo en los periodos más crudos de la recesión y frenar, en la medida de lo posible, el explosivo crecimiento del número de parados, que se aproxima a los 4.200.000. Los sindicatos y los empresarios firmaron el miércoles el compromiso que permite volver a la mesa de la negociación colectiva para 2009 y es probable que en el marco de esa negociación se discutan cambios importantes e imprescindibles en la contratación. Y más cuando, según las últimas previsiones de la OCDE, la tasa de paro en España, descolgada de la recuperación mundial, seguirá creciendo hasta 2011.

Entre las propuestas para frenar el paro figura el llamado modelo alemán de ayudas a los afectados por reducción de jornada, que tanto la CEOE como UGT y CC OO parecen dispuestos a aceptar. Consiste en facilitar ayudas públicas para cubrir hasta el 60% del salario que pierde el trabajador por el recorte de horas de trabajo; la subvención pública puede llegar al 67% para trabajadores con hijos a su cargo. A cambio, la empresa no despide al trabajador. A primera vista, presenta ventajas sobre el modelo de ajuste español, los expedientes de regulación de empleo. El modelo alemán frena los despidos, es menos costoso para las arcas públicas -no tienen que pagar al 100% la protección- y guarda el capital humano en las empresas. Porque con el método del recorte del empleo, los asalariados jóvenes, siempre los primeros en sufrir los despidos, no pueden formarse, pierden capacidad de colocación para el futuro y las empresas se quedan sin trabajadores capacitados a los que recurrir.

La vuelta a la mesa de la negociación es una oportunidad política única para reformar el mercado laboral. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, dice que no es sensato limitar la reforma al coste del despido. Acierta en eso. Pero una tasa de paro del 18% recuerda que el Gobierno, los sindicatos y la CEOE perjudicaron al país cuando atizaron las discordias hasta romper la negociación en julio. Para compensar el tiempo perdido, hay que decidir con premura si debe implantarse el modelo alemán o aprobar nuevas ayudas en favor del empleo juvenil. Porque la mayor parte de la pérdida de empleo, más de 1,55 millones de personas desde junio de 2008, es irremediable. Con suerte, la reforma quizá evite que la tasa de paro se aproxime al 20%.

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