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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Caída vertiginosa

Bruselas augura para España una crisis más larga e intensa que la pronosticada por Solbes

La contracción aguda de la construcción residencial y la crisis crediticia son las fuerzas principales que están detrás de la intensa desaceleración de la economía española y del aumento del desempleo. Las estadísticas y las previsiones de las instituciones internacionales confirman día a día que el mercado de la vivienda está atravesando por un ajuste muy profundo y ya sólo existe un cierto grado de controversia sobre la rapidez e intensidad de ese ajuste. La Comisión Europea rebajó ayer las previsiones de crecimiento para este año y 2009 al 2,2% y 1,8% respectivamente, frente al 2,3% anunciado por Pedro Solbes para ambos ejercicios, precisamente por la vertiginosa caída de la vivienda. Es un pronóstico más pesimista que el del Ministerio de Economía. Joaquín Almunia, el comisario de Economía, calcula que el sector inmobiliario español se reducirá un tercio durante los próximos tres años y que ese proceso empujará la tasa de paro hasta el 10,6% en 2009.

Las previsiones de Almunia están fundamentadas en argumentos razonables y parecen la consecuencia lógica del hundimiento de una actividad que durante los últimos ocho años ha contribuido de forma significativa al crecimiento y el empleo. Pero expresan tan sólo una de las trayectorias posibles de la desaceleración. La imprevista rapidez con que está cayendo el mercado inmobiliario parece indicar que la estabilización puede producirse antes de lo que señalan las proyecciones más pesimistas, y si bien esta circunstancia no ahorrará a la economía española un alto coste en materia de empleo, sí permitiría esperar que el crecimiento vuelva a una recuperación templada a partir de mediados de 2009.

La propia Comisión apunta en su informe que el ajuste del mercado inmobiliario en España se estabilizará en torno a las 450.000 viviendas construidas, cuando el ritmo anual de los últimos siete ejercicios superaba las 800.000. Al ritmo actual de desaceleración -la compraventa de viviendas disminuyó un 24,4% en febrero en tasa interanual, después de haber caído el 27% en enero-, ese punto límite bien podría alcanzarse a principios de 2009. La construcción tocará suelo probablemente entre el tercer y cuarto trimestre de este año, y será en esas fechas cuando se produzcan los peores resultados en desempleo.

Sólo es otro escenario probable, que no contradice la realista descripción elaborada en Bruselas. Hay que tener en cuenta que la crisis del crédito originada en EE UU está distorsionando la percepción de la duración de la que afecta tanto a España como al conjunto de la UE. Quizá a principios de 2009, las entidades financieras hayan despejado gran parte de la contaminación y la desconfianza causadas por las hipotecas basura. Entonces se apreciará hasta dónde puede llegar el empeoramiento económico. Mientras tanto, toca abrocharse los cinturones para capear las turbulencias.

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