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Otra vez huelga en Barajas

El paro de tripulantes de cabina afecta a 20.000 viajeros

Los paneles del aeropuerto no daban buenas noticias: "Debido a conflicto laboral en Iberia, algunos vuelos pueden sufrir demoras o cancelaciones". Muchos de los viajeros que llegaban en la mañana de ayer a Barajas ponían rumbo directo a las ventanillas de atención al cliente. Abundaban los enfados y las caras de cansancio. El de Madrid fue el aeropuerto donde más se notó la huelga de tripulantes de cabina (auxiliares de vuelo) que empezó ayer y continúa hoy. En estas 48 horas se han cancelado 430 vuelos (cerca de un 25% de la actividad), todos ellos con destino u origen en la capital, y la mayoría de carácter nacional.

"Nuestro vuelo de Alicante a Madrid se había cancelado", relataba Juan Carlos Castillo. El comienzo de sus vacaciones se había torcido. "Así que decidimos alquilar un coche para llegar a Barajas a tiempo de coger nuestro siguiente avión, que salía a Nueva York a las 13.30. Imagina cuatro personas, con el maletero hasta arriba, y corriendo para llegar a la hora". Al pisar el aeropuerto se enteraron de que el vuelo a Nueva York se retrasaba hasta las cinco de la tarde. Abandonaron el mostrador con unos tiques de comida y bastante enfadados. Atrás dejaban largas filas de pasajeros que no dejaron de acudir a los mostradores de atención al cliente. Los cambios de horarios y las pérdidas de conexión eran las principales quejas. Unos 20.000 viajeros se vieron afectados por los paros, según fuentes de Iberia.

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A las 13.30, Hugo Sardinha, portugués de 32 años, debía estar cogiendo un autobús desde Málaga con destino a La Línea de la Concepción. Pero para eso todos los horarios de su viaje se tenían que cumplir al detalle. No hubo suerte. A las 13.30, Sardinha estaba haciendo cola frente a una ventanilla de atención al cliente en la T-4 de Barajas.

Debido a la huelga de tripulantes de cabina, su primer vuelo, procedente de Lisboa, llegó tarde a Madrid y el viajero perdió la conexión hacia Málaga. No podía coger el siguiente vuelo, porque el último autobús de Málaga a La Línea salía a las 16.30. No llegaba. Así que Sardinha esperaba paciente frente al mostrador de Iberia a que le dieran una alternativa. Le habían hablado de un vuelo a Jerez, donde quizá pudiese llegar a tiempo de coger el ansiado autobús.

La mañana estaba siendo movida para los trabajadores de atención al cliente. Despachaban sin cesar a las decenas de personas que estaban sufriendo retrasos o pérdidas de vuelos por culpa de la huelga, que provocó en su primera jornada 219 cancelaciones de vuelos. Todos ellos pasaban por Madrid.

Mientras Sardinha esperaba una solución a su problema -"mañana tengo que entrar a trabajar a las siete de la mañana", relataba-, el sistema informático se cayó. "Él también está de huelga", bromeó la mujer que le atendía. La fila crecía a sus espaldas. Junto a él, a otro cliente, Fernando Iglesias, le explicaban que no podían reembolsarle el dinero del vuelo que había perdido, porque había comprado el billete en Caracas -"¿cómo voy a volver a Venezuela para reclamar 44 euros", se lamentaba el viajero disgustado-. "Malas noticias para él", comentaba Sardinha, que seguía a la espera. "¿Usted sabe por qué están de huelga?". "Yo no me he enterado de este problema hasta subir al avión en Lisboa", confesaba el portugués. "Pero será por dinero, ¿no?".

Los sindicatos convocantes (CTA y Sitcpla) protestan por la "negativa" de la dirección de la empresa a llegar a un acuerdo respecto al nuevo convenio colectivo. Entre las peticiones sindicales se incluyen aumentos de sueldo. "Después de cuatro años de congelación salarial, subir un 4,1% no es desorbitado", opinaba Miguel Córdoba, portavoz de CTA. Iberia, por su parte, en un comunicado publicado en su página web, lamentó que los sindicatos "soliciten subidas salariales incompatibles con la situación de la empresa y del entorno económico actual".

A los 15 minutos de espera se recuperó el sistema informático. Había hueco en el vuelo a Jerez que esperaba Sardinha. "Ahí tiene sus billetes. El avión sale a las cuatro". "Lo peor es que el gato está sólo en casa sin comida desde ayer", sonreía el portugués a su chica. Eran de los pocos que se tomaba las molestias con humor.

No fue igual de fácil para Cari Vena, cántabra, que no lograba contener las lágrimas cuando se enteró de que no cogería el vuelo de vuelta a Bilbao hasta dos horas después de lo previsto. "Vengo de un viaje muy largo, estoy muy cansada", se disculpaba por haber perdido los nervios. "Sólo quería llegar a casa". La viajera se quejaba también del trato que le habían dado en información. "Lo que no puede ser es que tenga que pagar la huelga yo".

La compañía también había publicado en su página web la lista de vuelos cancelados. En los paneles informativos advertía de los posibles retrasos debido a la huelga. Y, muy de vez en cuando, una voz lo repetía por la megafonía de Barajas. "También avisamos por teléfono a muchos de los clientes afectados", explicaba una portavoz.

En la T-4, ayer, no era fácil encontrar a alguien que estuviera seguro de si su avión iba a salir y si lo haría en hora. Iberia, en caso de que el vuelo estuviera cancelado o el viajero hubiera perdido la conexión por un retraso, ofrecía reembolsar el dinero del billete o reubicar al cliente en un vuelo disponible. "En los vuelos se han portado fatal", añadía David Salhani. El servicio de a bordo de los aviones se cubría con servicios mínimos. "Pedí un vaso de agua y me dijeron que me levantase a buscarlo yo", se quejaba el viajero.

Los representantes sindicales valoraron el paro de ayer como "muy seguido" por los trabajadores. "De los 1.160 que tendrían que volar hoy, unos 560 han ejercido su derecho a huelga", relataba Antonio Escobar, presidente del Sitcpla. Iberia alega que sólo el 5% de los tripulantes que tenían que trabajar hicieron huelga. Los paros -que no afectan a Vueling ni a Air Nostrum, compañías en código compartido con Iberia, ni a los vuelos que unen la Península con las islas- siguen hoy, con otros 200 vuelos cancelados, y están previstos también para el 10 y 11 de noviembre.

La huelga de los auxiliares de vuelo causó retrasos y cancelaciones en el aeropuerto de Barajas. En la imagen, mostradores vacíos de Iberia en la Terminal 4.
La huelga de los auxiliares de vuelo causó retrasos y cancelaciones en el aeropuerto de Barajas. En la imagen, mostradores vacíos de Iberia en la Terminal 4.AFP

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