La modernidad del siglo XX
La vanguardia del baile flamenco actual transformada en lo que fue moderno en la primera mitad del siglo XX. Rocío Molina, Israel y Pastora Galván fueron anoche Antonia Mercé (La Argentina), Pilar López, Vicente Escudero, Antonio el Bailarín y Carmen Amaya. Acompañados por los hermanos Lagos, David al cante y Alfredo a la guitarra, que para la ocasión recrearon a Antonio Molina y Sabicas, alternaron lo que en su momento fue la vanguardia de un arte de origen popular con la vanguardia europea en la música contemporánea recreada por Proyecto Lorca, grupo de percusión y saxo.
Bajo el epígrafe de ¿La guerra ha terminado? Arte en un mundo dividido (1945-1968) Flamenco, música y baile en la reconstrucción de lo popular y lo moderno, el espectáculo dirigido por Pedro G. Romero servía, anoche, como presentación de la ampliación de la colección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la que abarca precisamente, las fechas reseñadas.
El espectáculo inauguró la ampliación del museo Reina Sofía
Los artistas unieron vanguardias de flamenco y música contemporánea
El espectáculo, por riguroso orden cronológico de lo recreado, alternó flamenco con música contemporánea durante una hora y media ante un público que por primera vez en las actividades organizadas por el Museo, pagó por acudir.
La elegancia de La Argentina con castañuelas, la feminidad de Pilar López con mantón y bata de cola, la fuerza de Carmen Amaya y el baile masculino de Vicente Escudero y Antonio, todos ellos artistas rompedores en su momento por modernizar y prestigiar un arte popular y añejo, volvieron al presente en los cuerpos de tres bailaores de estilos muy definidos.
El conocimiento de lo recreado era apabullante: no solamente fue la de anoche la ocasión de recordar los pasos de baile que dieron un hueco en la historia a estos grandes artistas, ahora considerado clásicos. Los tres bailaores lograron anoche encarnar el detalle en el vestido, el gesto, incluso la manera de colocar las cejas o la boca. No fue, sin embargo, un espectáculo de imitación.
La mezcla con la personalidad de estos tres intérpretes hacía el baile natural y ágil, agilidad interrumpida por las piezas contemporáneas de Proyecto Lorca. Fue especialmente visible en el caso de Israel Galván, que aunque parecía haber mutado en los bailaores que representaba, no dejó de ser Galván, con sus perfiles y sus poses y desplantes.
Conlon Nancarrow, Maurice Ohana, Roberto Gerhard, Luigi Nono, Elliott Carter y George Crumb fueron los autores contemporáneos europeos elegidos por Proyecto Lorca que alternaron con el flamenco, lo que convirtió el espectáculo en una sucesión de estampas aisladas, salvo en la media granaína que el saxo de Proyecto Lorca compartió con la guitarra de Alfredo Lagos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.