Ussía todavía respiraba cuando le atendió el SAMUR
Los médicos niegan que le rompieran el corazón durante la reanimación
"Me cuesta mucho creer que en un masaje cardiaco se rompa el corazón a un paciente". Así de rotunda se mostró la médico del SAMUR-Protección Civil, Yolanda H. T., que atendió a Álvaro Ussía tras ser agredido en la discoteca Balcón de Rosales. La quinta sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial sirvió para demostrar que los cinco facultativos de este servicio siguieron los protocolos de actuación. Cuando llegaron al lugar de los hechos la madrugada del 15 de noviembre de 2008, la víctima estaba inconsciente, pero respiraba por sí mismo y tenía pulso.
La abogada de la defensa del principal acusado, Miriam Vergara, intentó sembrar la duda de si la muerte de Ussía se produjo durante las maniobras de reanimación cardiopulmonar. Los cinco integrantes del SAMUR aseguraron que era prácticamente imposible que la muerte se produjera por esta causa. Tenía que haber alguna lesión previa en el corazón.
Los sanitarios hicieron un pormenorizado relato de todos los cuidados que dieron a Ussía desde que llegaron a las 5.27 del día 15 de noviembre. Los primeros en acudir a la llamada fueron los dos técnicos de una ambulancia de soporte vital básico (convencional). El paciente estaba en la posición lateral de seguridad. En aquel entonces sufría taquicardia: su corazón latía a más de 140 pulsaciones por segundo, cuando lo habitual es que en reposo este órgano tenga entre 60 y 80 pulsaciones en reposo. También estaba inconsciente. No respondía a los estímulos verbales (le hablaron en voz alta) ni al dolor (le pellizcaron en zonas vitales sin que reaccionara). Ante esta situación, los técnicos pidieron una UVI móvil (ambulancia con médico y enfermero). Mientras, le pusieron oxígeno.
La facultativa de la UVI ordenó que inyectaran un sedante y un relajante muscular a Ussía para intubarle. También le aplicaron antídotos para cocaína y drogas de diseño. "Nuestro procedimiento obliga a hacerlo cuando existen dudas de que las haya podido consumir", afirmó la doctora. La víctima tenía diferente tamaño en las pupilas, lo que pudo ser causado por un golpe en la cabeza, por consumo de drogas o por falta de oxígeno en el cerebro.
Cuando fueron a trasladarlo al hospital, Ussía comenzó a perder pulso. Le inyectaron primero atropina y después adrenalina para estimular el corazón. Justo cuando iban a ponerlo en la camilla, sufrió una parada cardiaca. Iniciaron entonces las maniobras de reanimación dentro de la ambulancia. "El masaje que le dieron los técnicos era el adecuado para sacarlo de la parada", afirmó la médico. Ussía volvió a tener latidos durante el traslado, pero no lo suficiente para bombear sangre. Murió a las siete de la mañana en el Clínico.
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