Los forenses dicen que el corazón de Ussía se rompió por una fuerte presión y no por un infarto
"La lesión no se habría curado ni aunque hubiese estado en la mesa de operaciones de un hospital", según otro perito
Álvaro Ussía murió tirado en el suelo de la discoteca El Balcón de Rosales de Madrid por el aplastamiento del corazón tras sufrir un fuerte golpe en el pecho, han confirmado esta mañana los forenses que hicieron la autopsia al cadáver en la séptima sesión del juicio en la Audiencia Provincial. La víctima presentaba golpes y hematomas en los costados del abdomen. No tenía lesiones en la cabeza.
El aplastamiento del corazón de Ussía le produjo la rotura del ventrículo izquierdo (en la parte posterior del corazón) y lesiones en la parte delantera de este órgano. Eso solo se produce, según los forenses, cuando el cuerpo estaba caído en el suelo. La autopsia del cuerpo de Alvaro Ussía, el joven que presuntamente murió a consecuencia de la agresión que sufrió por parte de tres porteros de la discoteca en 2008, reveló que tenía roto el corazón por el impacto de una fuerza externa y no por un infarto.
Una muerte lenta
El fallecido tenía el periocardio (la membrana que recubre el corazón) lleno de sangre lo que le impidió a este órgano que bombeara sangre y murió. Un anatomopatólogo ha afirmado que el corazón de Ussía era pequeño y que pesaba 279 gramos. La muerte se produjo de forma lenta, ya que la rotura del ventrículo era pequeña y la salida de sangre era lenta. Lo que han dejado claro los peritos es que la rotura del corazón no se produjo en ningún caso a las maniobras de reanimación cardiopulmonar practicadas por el SAMUR, como pretende la defensa de los porteros. "En todo caso esas maniobras de reanimación pudieron alargar la vida de la víctima, ya que se está bombeando sangre", ha afirmado la forense Cristina García-Andrade. Las preguntas de la letrada Miriam Vergara, letrada del principal acusado, Antonio Sánchez, Pitoño, ha enfadado a la forense, que le impedía contestar.
De acuerdo con el relato del fiscal, la víctima fue tirada al suelo por Pitoño -uno de los porteros del local-, quien lo inmovilizó apoyando las rodillas sobre él, y a continuación fue golpeado y pateado por los tres procesados, que no permitieron que ningún testigo se acercara al joven para ayudarle.
"Sobre esa zona algo ha impactado, se ha ejercido una presión externa", ha especificado el forense Enrique Fernández Rodríguez, quien ha añadido que se necesita "fuerza y aceleración" para un impacto como el presuntamente realizado sobre la pared torácica del sujeto inmovilizado, en este caso Álvaro. "La lesión que sufría Álvaro Ussía no se habría curado ni aunque hubiese estado en la mesa de operaciones de un hospital", según el forense Enrique Fernández Rodríguez. La intensidad del golpe que recibió le costó la vida en poco minutos, según este perito judicial. El corazón de Álvaro no se pudo romper por una tasa de alcohol -su cuerpo tenía un índice de alcoholismo de 1,6 gramos por litro- ni por una reacción alérgica ni por infarto, han aseverado los peritos.
"Golpes ha habido y más de uno", ha confirmado el forense, que ha añadido que no fueron los golpes los que ocasionaron la muerte del joven. Los expertos han comentado, a preguntas de la defensa de Pitoño, que "existe la posibilidad" de que si una persona de 100 kilos se tira "a plomo" sobre alguien, sus costillas, por su elasticidad especialmente al ser alguien joven, no lleguen a romperse pero sí el corazón. Además, puede, como en este caso, que no queden hematomas en el tórax del joven o señales de ningún tipo; "en este caso ha sido posible" si se produjo la agresión como afirman los testigos. La hora de la muerte de Álvaro podría coincidir con las siete de la mañana del día de su muerte, según los cálculos del doctor Fernández Rodríguez.
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