Metaleros con el cuello rojo
Miles de personas viven el 'heavy' en el Sonisphere
Llegó el 15 de julio y la marea negra inundó Getafe durante dos días. En los pasillos del metro, cruzando el vestíbulo de la estación de Cercanías de Getafe Central, abarrotando las calles del polígono, acampando entre los pinos al pie del Cerro de los Ángeles. Una marea de gente ataviada con camisetas negras y letras góticas con un mismo destino: el Festival Sonisphere de Getafe.
Ni el calor, ni el sol de las cuatro de la tarde que tuesta los cuellos blanquecinos de los asistentes, ni las nubes de polvo que se levantan con cada racha de viento -muchos llevan mascarillas o pañuelos sobre la boca y la nariz para no respirar el polvo- consiguien arruinar el festival de heavy metal que celebra cada verano la localidad. Manguerazos y agua a discreción ayudan a superar las horas críticas.
Elena compra un mini de cerveza -un vaso de 750 ml- a nueve euros mientras en el escenario los finlandeses de Apocalyptica versionan En la morada del rey de la montaña de Edvard Grieg tras pasar por el Nothing else matters de Metallica. Tratan sus cuatro violonchelos como guitarras eléctricas mientras mueven en círculos sus melenas rubias. "Ya es la segunda vez que vengo, y esta vez me he traído a mis hermanos", explica Elena, que lleva una camiseta blanca que la hace destacar entre la masa oscura.
La vestimenta de Elena está bien para combatir el calor, pero Teresa prefiere meterse en sus pantalones de cuero, a pesar de que estamos en julio, y cardarse el pelo. Tiene 47 años. "Hay que vivir el metal, esto es una forma de vida que yo he elegido y que tiene algunos sacrificios, pero yo me encuentro divina. Cuando no quepa en los pantalones, dejaré de ponérmelos", explica.
En el escenario, los estadounidenses de Dream Theater desarrollan un metal progresivo pero que tiene unos toques sinfónicos. En el secarral en el que se celebra el festival se acumulan ya miles de personas, muchas más que durante el concierto de Apocalyptica. El calor se ha ido disipando y se acerca el momento en el que Iron Maiden subirá al escenario. Es cabeza de cartel y ha sido la apuesta del Sonisphere 2011 para llenar el festival en tiempos de crisis. La explanada está a reventar cuando cae la noche y los Iron Maiden, como héroes, entran en escena.
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