Huracán Gómez
El alcalde de Parla logra el 91% de los apoyos para dirigir el cambio de los socialistas madrileños
Rodeados de cornucopias doradas, viejos butacones de madera para señores gigantes y madonnas de color pastel con cara lánguida, 834 de los 836 delegados fueron depositando ayer sus avales desde la una de la tarde en el hotel Auditórium, sede del congreso extraordinario del Partido Socialista de Madrid (PSM). Casi todos enfilaban el pasillo en dirección al salón Liverpool, el cuartel general del alcalde de Parla, Tomás Gómez. El candidato socialista acaparó casi el 77% de los apoyos y sumó 642 firmas. Fue proclamado secretario general de los socialistas madrileños por abrumadora mayoría. Sin adversarios. Sin competición. Después, el trámite de la votación se resolvió con 713 votos a favor de los 785 emitidos. Sólo 69 no fueron para él (otros tres se contabilizaron como nulos). O sea, un respaldo del 91%. Tomás Gómez obtuvo más votos que avales.
El aspirante guerrista, José Cepeda, careció de los avales suficientes para ser candidato
"Quiero felicidad y salud para todos", fue una de las acotaciones más repetidas de su larguísimo primer discurso. Gómez sobrevoló en su exposición todas las claves, "tanto internas como de cara al exterior", de la reclamada "regeneración" de su partido: cambio de equipos, caras nuevas, no aferrarse a los cargos, contar con diversos sectores sociales no alineados políticamente y, sobre todo, olvidar "la política de mesa camilla".
Una referencia casi expresa al gran perdedor del congreso, el diputado nacional José Acosta, uno de los hombres más poderosos del PSM durante lustros y, ayer, visiblemente malhumorado. El guerrista Acosta apoyaba a José Cepeda. Y tenía motivos para no estar contento: los otros dos aspirantes a dirigir el PSM, Cepeda y Manuel García Hierro, se quedaron, respectivamente, en 190 y alrededor de sólo 40 apoyos. Lejos, pues, del 25% necesario para formalizar sus candidaturas.
Gómez sustituye a Rafael Simancas, anterior titular del cargo desde 2000 hasta una semana después de los desastrosos resultados electorales del PSM en las elecciones autonómicas y municipales del 27 de mayo.
Ya desde primera hora de la mañana, los más ilustres del socialismo madrileño daban por segura la victoria del regidor de Parla. "Esto se lo lleva Tomás de calle", era la acertada profecía de, entre otros, Trinidad Jiménez. Las dudas quedaban restringidas a la composición de su ejecutiva. "Nadie sabe absolutamente nada, porque Tomás ha contado con todos sus apoyos sin comprometer la promesa de ningún cargo". Lo que sí se sabía es que en la selección iba a primar "el perfil técnico" sobre el peso específico dentro del partido. Todas estas apreciaciones se superponían en un creciente murmullo que partía desde la cafetería hasta las zonas habilitadas para fumar. Todas las familias del PSM se atribuían la propiedad de Gómez. Todas, menos los guerristas, claro.
José Cepeda intentó pactar hasta última hora con Manuel García Hierro para unir sus avales "y poder así haber subido a la tribuna". No se llegó a un pacto porque García Hierro insiste en alejarse de Cepeda, a quien percibe "lejano a Zapatero", según fuentes cercanas a este candidato. Los dos derrotados lamentaron algunas prácticas "poco democráticas" en el congreso. Por ejemplo, la composición de la mesa electoral, afín a Gómez. También sugirieron que "desde Moncloa" se había torpedeado a los rivales del alcalde de Parla.
El nuevo dirigente cuenta con el beneplácito de la directiva nacional y con el de los alcaldes de las grandes poblaciones metropolitanas del sur madrileño. También tiene el de los seguidores del anterior secretario general, Rafael Simancas.
Tomás Gómez insistió en un mensaje subrayado en rojo desde La Moncloa: "Hay que abrir las puertas y ventanas del partido para que corra el aire". Y también lanzó un guiño a sus rivales y a su predecesor: Gómez aseguró que instaurará el sistema de votación directa de todos los militantes para el próximo congreso ordinario del PSM, en 2008.
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