Una palanca para mover el mundo
Cinco jóvenes recorren los cinco continentes en busca de iniciativas solidarias que intentan hacen del mundo un lugar mejor, y cuentan su experiencia en la Red
"Rodar por el mundo y darle la vuelta, cambiarlo". Ese es el objetivo de Israel, Miki, Daniel, Moisés y Carlos, que tras un año de planificación se embarcaron el pasado mes de noviembre en un viaje por los cinco continentes, en los que han conocido a personas y colectivos que trabajan por los más desfavorecidos e ignorados. La experiencia, para la que un principio sólo tenían 8.000 euros por persona, se refleja en su blog, Els Rodamons. De todo lo visto y vivido desde entonces se quedan con Egipto, Sáhara, Etiopía, Vietnam, Camboya, Nueva Zelanda, México y Brasil. Pero sobre todo con las personas, "gente con un origen y una cultura muy diferente a la que escuchar ha sido un privilegio".
Puede que cuando Arquímedes dijo aquello de "dadme un punto de apoyo y moveré el mundo" pensara en la creación del sistema de poleas, pero su teoría de la palanca sirve también para crear un mundo más justo. Eso opinan los miembros de Els Rodamons (http://www.elsrodamons.org), que dieron el nombre del matemático griego a su plan de viaje, más político y solidario que turístico o de esparcimiento. Entrevistarles por correo electrónico, cada vez desde un punto del planeta y con Miquel Renard (MIki) como interlocutor, ha llevado unos días, pero cuando finalmente se reciben todas las respuestas la pasión que sienten por el Proyecto Arquímedes queda de manifiesto.
Con él pretenden dar a conocer "actividades y gentes normalmente ignoradas por el poder y el sistema imperante, pero reales e indudablemente imprescindibles en cada rinconcito de la tierra, para lograr ese punto de apoyo que pedía Arquímedes, para mover, girar, rodar, este nuestro injusto mundo actual", explica Miki. Renard, de 39 años, parece llevar el activismo y los viajes en las venas. Es socio de Greenpeace, Médicos sin Fronteras y Acude, y ha participado como voluntario en proyectos como la lucha contra el cólera en Senegal, desarrollo en Nicaragua, pacifismo en Palestina o de escudo humano en Irak en 2004. Antes de empezar el proyecto Arquímedes ya había viajado por Europa, África, América y Oriente Próximo.
17 euros por persona y día
Pero el objetivo de Els Rodamons no sólo incluía esas zonas del globo, y el viaje debía realizarse en un periodo de tiempo muy limitado, durante nueve meses, y con un presupuesto muy reducido, lo que requería mucha planificación. Moisés Celades (Moy), diplomado en Educación social -ha trabajado cuatro años como educador en pisos de acogida para menores- recuerda que cada uno de los cinco aventureros aportó 8.000 euros de su bolsillo, sin que se recibiera en ese momento "ningún tipo de ayuda económica o subvención". "Tras el pago de los vuelos (8 antes de partir), visados tramitados desde Barcelona, medicamentos y demás material de uso común, quedaron 4.500 euros a cada uno". Unieron todo el dinero (22.500 euros) en una cuenta común e hicieron una previsión de gastos diaria: 17 euros por persona.
"Pronto nos dimos cuenta de la imposibilidad de mantener este presupuesto, ya que aunque la comida y el alojamiento es muy barato en algunos países, los transportes y los tramites en las fronteras hicieron inviable esta cantidad", prosigue Moy. El presupuesto se redujo así de los 17 euros diarios a 15, y de ahí a 10. "Hemos intentado mantener esta cantidad aunque en muchos lugares (Australia, Nueva Zelanda y EEUU sobretodo), ha sido imposible", afirma. Esto les ha llevado a buscar "nuevas formulas de financiación (colgar nuestro numero de cuenta aceptando cualquier ayuda, pedir dinero prestado a amigos y familiares o prestamos bancarios), además de recortar considerablemente el trayecto inicial y la duración del viaje, de nueve a siete meses, para poder acabar el proyecto", que como única ayuda pública ha recibido 1.100 euros de la Secretaria de Joventut de la Generalitat de Cataluña.
Además del dinero, otros asuntos debían preocupar a la expedición. Israel Viana, arqueólogo de 28 años, señala que dudó si embarcarse en el proyecto hasta el último momento, fundamentalmente, por "los problemas de conservación, burocráticos y fronterizos, que me podría acarrear transportar la cantidad de insulina suficiente para tratar mi diabetes durante todo un año".
El padre Ángel en Etiopía
Las dificultades económicas y de intendencia, en todo caso, no les han impedido viajar para conocer iniciativas "que nos enseña que hay personas dispuestas a dejarlo todo, incluso sabiendo que millones morirán de forma directa o indirecta por la desidia del mundo rico, que lucharán para salvar unos cuantos y clamar justicia para todos los demás", sostiene Carlos Romper, estudiante de sociología que ha abandonado su puesto como transportista para DHL -para la que llevaba trabajando 13 años- para embarcarse en el Proyecto Arquímedes.
Aunque "todo se resume a una cuestión personal, sujetiva, a la manera que cada cual conectó con el lugar", Carlos destaca de todo lo visto el Sáhara, "por las duras condiciones de vida de los refugiados y su adaptación al medio". También resalta México "por la lucha de la comunidad indígena por derrocar al Gobierno desde su total autonomía", Nueva Zelanda, "por su civismo, respeto a la cultura maorí y al medio ambiente", Camboya, "por ser todavía victima de una mina por habitante,10 millones por 10 millones y la gran olvidada y mas castigada". Brasil es elegido por "su paisaje, su gente, su colorido, su música, y sobre todo su continua lucha de ONGs locales por salvar meninos de la rua"....
De todas las iniciativas conocidas, Carlos elige la de Etiopía, donde el padre Ángel trabaja "por el pequeño milagro de conseguir alimento diario para más de 500 niños y niñas con un peso inferior al adecuado, cuidar, alimentar, y supervisar a otros 1.200 huérfanos, dedicar fondos para paliar los efectos de la tuberculosis y el sida en las personas afectadas", y muchas otras proezas que relata en el blog. En resumen, se trata de luchar contra el hambre, que provoca "la falta de educación, la huida, enfermedades, prostitución, desilusión, la perdida de esperanza. Durante el viaje han podido comprobar que "no hay mucha voluntad política para acabar con ella, puesto que solamente afecta a las clases mas bajas, a los muy pobres, quedando fuera de este círculo todos los demás".
Portátil, llave de memoria y cámaras
Otro de los integrantes del equipo es Daniel Viana, de 32 años, técnico informático que como Miki viajó a Bagdad para convertirse en escudo humano, y desde allí a Palestina para manifestarse contra el muro que ha construido Israel, cuyas fuerzas de seguridad le detuvieron en 2004 durante una protesta. Sus viajes anteriores, muchos con fines solidarios, incluyen Costa Rica, Cuba, Guatemala, República Dominicana... Daniel explica que eligieron el formato blog para informar sobre las actividades, personas y lugares que han ido conociendo aconsejados por una amiga.
"Ninguno sabía diseñar webs o mantenerlas, por lo que optamos por crear un blog, fácil de usar y con posibilidades de actualizar desde cualquier ordenador con conexión a Internet". Además de éste, y con la ayuda de "unos pequeños manuales de FrontPage bajados de Internet" han colgado una pequeña página que contiene "la información sobre el proyecto, quienes éramos y por qué nos habíamos decidido a realizar este viaje, además de las fotos que realizamos". Para actualizar la sección de fotografías cuentan con un portátil en el que realizan las modificaciones, que guardan en un lápiz de memoria. Con él cargado, buscan sitios con conexión desde los que realizar la actualización. Unas cámaras digitales completan todo su equipamiento tecnológico.
Carlos explica que el blog "se creó para que nuestros amigos y familias supieran en cada momento nuestra situación, pero rápido vimos que la pagina tenía una repercusión que iba mucho mas allá que un diario". Al final, esta herramienta ha logrado disciplinar "mucho más nuestros quehaceres habituales, obligando a organizarnos de diferente manera para tener mas o menos al día, todo lo que son fotos, crónicas, artículos, etc".
En cuanto a la tecnología en los lugares visitados, Carlos recuerda en "los países más desfavorecidos, los que intentan hacer algo, lo hacen con escasa tecnología". Siempre "hay recursos para blindar fronteras pero no para asistir a los que huyen de la miseria, hay dinero para hacer guerras pero no para educar sobre la paz", afirma. En todo caso, "la herramienta tecnológica mas usada y que sirve de conexión directa con el mundo Internet, único medio que tienen algunos para avanzar en su lucha para paliar injusticias. El Padre Ángel, en Etiopía, saca más partido de la Red, "para denunciar, estar al día de lo que ocurre, estar en contacto con los diferentes organismos que le ayudan, y realizar denuncias, que de la Biblia", sostiene.
Lo que se deja atrás
Para todo aquel que desee embarcarse en una aventura como la suya, Els Rodamons recomiendan "despojarse de miedos y prejuicios" y confiar en el "cariño y la nobleza" de las poblaciones de países que normalmente se identifica con la delincuencia o la pobreza. También es importante "hacer una planificación anterior al viaje de los lugares que se quiere visitar, marcar un recorrido de días y lugares para llegar a todo lo que quieres visitar".
Si lo que se desea es cooperar, ayudar a quienes trabajan por un mundo mejor, siempre es posible contactar con colectivos solidarios dentro de países que trabajan problemáticas concretas o globales", que suelen ser "muy receptivos a recibir colaboración".
Hay que asumir, de todas formas, que al viajar y dejar el hogar se echarán de menos cosas y personas, incluso aquellas que se conocen en el trayecto. "No es fácil romper de un día para otro con un tipo de rutina, y embarcarte durante todos estos meses en una vorágine de autobuses, trenes y habitaciones nuevas prácticamente todos los días, espacios que tienes que aprender a hacer tuyos en unas horas, imaginarte un hogar, para despedirte de ellos una horas después, y volver a empezar", explica Israel.
Pronto, probablemente antes de que concluya mayo, estarán de nuevo en España, donde esperan utilizar todo el material recopilado para elaborar documentales y publicaciones con los que seguir dando voz a las palancas que pedía Arquímedes.
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