Por un vestido rojo
El ministro de Exteriores iraní abandona una cena en la que debía sentarse frente a Rice por culpa de la vestimenta de una violinista
Ofendido, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Manuchehr Mottaki, abandonó abruptamente anoche en Egipto una cena en la que debía sentarse enfrente de la secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, por un detalle que había pasado desapercibido a los diplomáticos y que para él resultaba ofensivo: el vestido rojo que lucía una violinista. Para los ojos del ministro, el traje era demasiado insinuante. Pero Washington no se cree esta versión de los hechos.
Una eventual charla entre Rice y Mottaki eclipsa cualquier otro asunto de la Conferencia sobre Irak, que arrancó ayer en Sharm el Sheij (Egipto). En palabras del ministro iraquí de Exteriores, Hoshyar Zebari, "una entrevista entre Rice y Mottaki sería lo más importante de la conferencia". Por la mañana, la secretaria de Estado estadounidense apenas intercambió un saludo con el ministro iraní de Exteriores cuando el anfitrión egipcio les hizo compartir mesa para el almuerzo. Rice sí se reunió por la tarde con su homólogo sirio, la otra oveja negra de EE UU en la región. Era el primer encuentro de este nivel entre los dos países desde el asesinato del primer ministro libanés, Rafik Hariri, en 2005.
Las expectativas a la hora de la cena, que se celebró en el hotel Sheraton, a orillas del mar Rojo, eran muy grandes sobre la posibilidad de que Rice hablara con Mottaki en otro gesto sin precedentes, que parece apuntar a un cambio en la política de EE UU en la región. Sin embargo, el jefe de la diplomacia iraní abandonó precipitadamente la sala cuando el resto de los invitados de la cena, organizada por el ministro egipcio de los Asuntos Exteriores, Ahmed Abdulgheit, se estaban sentando. Fuentes diplomáticas estadounidenses han explicado que Mottaki se quejó a los egipcios del vestido rojo que lucía una violinista rusa, encargada de musicar la velada.
"¿Cuál mujer le daba más miedo?"
Para el ministro, el traje era indecente y ofensivo y este hecho le impedía permanecer ni un minuto más en el salón. "No estoy muy seguro de cuál mujer era la que le daba más miedo, si de la violinista del traje rojo o la secretaria de Estado", ha ironizado sobre el incidente el portavoz de Ministerio estadounidense de Asuntos Exteriores, Sean McCormack. Para la diplomacia de EE UU, la verdadera razón de la espantada de Mottaki es tan simple como que no quería sentarse frente a frente con Rice. Así, según la versión estadounidense, la delegación iraní examinó con atención el plano de mesa antes de la llegada de Rice. Y la inesperada distribución de los asientos, frente a frente, causó una evidente "consternación" entre los delegados iraníes.
De momento, egipcios e iraníes guardan silencio en torno a la huida de Mottaki. Tampoco se sabe qué opina la violinista de todo el embrollo. La posibilidad de una reunión entre Rice y Mottaki -las primeras conversaciones de alto nivel entre los dos países en tres décadas- ha sido muy comentada por los medios de comunicación durante días, pero el Gobierno de EE UU subraya que no había nada planeado. En el almuerzo de ayer jueves, ambos políticos se habían encontrado pero no mantuvieron conversación sustanciosa alguna. Según cuenta la enviada especial de este diario Ángeles Espinosa, Mottaki saludó a sus compañeros de mesa con el habitual salam aleikum (la paz esté con vosotros), una fórmula árabe que también se utiliza en Irán, a lo que Rice respondió hello (hola) antes de añadir: "Su inglés es mejor que mi árabe".
Hasta ahora, George W. Bush había apostado por redoblar el aislamiento político y económico del Gobierno iraní a cuenta de su programa nuclear. Sin embargo, durante los últimos días, los asesores de Rice y ella misma habían afirmado que estaban abiertos a una charla con el representante iraí e incluso Bush llegó a decir que "si se encontraban en los pasillos", Rice era "una mujer muy educada". Pero ese tipo de reuniones no ocurren por casualidad. Incluso las ocasiones para un intercambio de cortesías son fruto de la planificación y más aún, cómo se sienta a los invitados a una cena. Sea o no una excusa la historia del traje, lo cierto es que Irán promulgó en abril una normativa que obliga a las mujeres a llevar el velo islámico. También se les prohíbe usar pantalones cortos o faldas estrechas y cortas, así como los pañuelos pequeños que dejan a la vista parte del cabello. Por cierto, Rice, que suele usar falda, se puso ayer dos trajes de chaqueta y pantalón, uno gris y otro negro.
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