La versión definitiva de la Constitución de Irak refuerza la identidad árabe del país
Las enmiendas introducidas en el texto no satisfacen a los líderes de la oposición suní
En medio de un Bagdad sacudido por los coches bomba fue presentada ayer la versión definitiva de la futura Constitución iraquí. El maestro de ceremonias fue el vicepresidente del Parlamento, el chií Husein al Shiristani, quien explicó que esta versión incluye cambios en los artículos relativos a la identidad árabe de Irak, que refuerza; los derechos del agua, la adhesión a los tratados internacionales y las atribuciones del primer ministro. El texto fue entregado a la ONU para que imprima cinco millones de copias y se reparta entre la población ante el referéndum del próximo 15 de octubre.
Los cambios introducidos en el nuevo texto no parece que vayan a ser suficientes para lograr el apoyo de los líderes de la comunidad suní, que ya rechazaron el mes pasado la Carta Magna y esperaban modificaciones de mayor calado, sobre todo en la controvertida cuestión de la creación de grandes regiones autónomas en Irak.
De los cambios aprobados, el más importante es el relativo a la identidad árabe del país, donde se ha llegado a un compromiso con las objeciones planteadas por la minoría suní, que rechazaba el artículo que describía a Irak como parte del mundo islámico sin decir que era parte del mundo árabe. La nueva versión declara que Irak "es miembro fundador de la Liga Árabe y está comprometido con sus estatutos". Pese a ello, Mahmud al Mashadani, miembro suní de la Comisión Constitucional, dijo que esta enmienda no era suficiente para convencer a los opositores suníes a la Constitución.
Durante semanas han circulado diferentes versiones de la Constitución pese a anunciarse que se habían terminado las negociones entre los diferentes grupos étnicos y confesiones religiosas del país. Algunos políticos celebraron reuniones para enmendar artículos a fin de ganarse el apoyo de la oposición suní, mientras que otros insistían en que el documento era ya definitivo y no podía ser modificado.
Cinco millones de copias
Todos estos retrasos han reducido el tiempo de los iraquíes para estudiar el texto final antes de que acudan a votar en el referéndum previsto para el 15 de octubre. Llevará unos diez días imprimir las cinco millones de copias del documento, de 39 páginas, poco más de un ejemplar por hogar iraquí, según dijo Nicholas Hayson, jefe del equipo de asesores de la Constitución de la ONU. Asimismo, se tardará poco más de tres semanas en distribuir las copias, tarea en la que colaborarán colegios, medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales.
Los cambios anunciados ayer no tocan la parte más controvertida de la Constitución, la que se refiere a la creación de regiones autónomas dentro de Irak. Esa sección, escrita por insistencia de los dirigentes de la comunidad chií, ha desatado una feroz oposición por parte de los suníes y otros líderes, entre ellos, el clérigo radical chií Múqtada al Sáder, que hace campaña también en contra de la Constitución.
Muchos suníes montaron en cólera también por el lenguaje que prohibía los símbolos y la reconstrucción del partido Baaz de Sadam Husein, artículos que no han sido modificados.
Los cambios introducidos ahora dejan claro que el Gobierno central es el responsable de la distribución del agua, una disposición a la que se resistían algunos representantes kurdos.
Otra modificación especifica que el primer ministro tendrá dos viceprimer ministros en el próximo Gobierno democráticamente elegido, cambio que obedece al temor de los kurdos a perder influencia en el Gabinete del primer ministro.
La última enmienda afecta al artículo que declaraba que Irak se adherirá a cualquier tratado internacional de derechos humanos, "siempre que no entrase en conflicto con las reglas y principios de la Constitución". Esta cláusula había sido considerada como una fórmula para escapar de los tratados, por lo que ha sido suprimida por completo.
La Constitución será derrotada si dos tercios de los votantes en tres de las 18 provincias de Irak vota en contra. De ser así, se celebrarán nuevas elecciones para elegir otra asamblea que redactará una nueva Carta Magna.
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