Milei concentra poder para distribuir y ajustar los recursos del Estado
Ante la falta de apoyo en el Congreso para su proyecto de presupuesto, el presidente argentino decreta, por segundo año consecutivo, una prórroga de la asignación de fondos vigente
Javier Milei se aseguró el manejo a discreción y sin intervención parlamentaria de la caja del Estado. Con el mero trámite de dictar decretos y simples resoluciones, durante el próximo año podrá asignar y quitar recursos a las provincias y a los distintos sectores de la Administración pública que, según ha dicho, pretende destruir. Como su proyecto de presupuesto nacional para 2025 no obtuvo apoyo suficiente en el Congreso y como su Ejecutivo se negó a modificarlo, el presidente ultraderechista terminó decretando este lunes una prórroga del presupuesto vigente en 2024 —que, a su vez, ya era una prórroga del previo—.
En un hecho sin antecedentes en Argentina bajo gobiernos democráticos, la decisión de Milei implica que por segundo año consecutivo el país carecerá de una ley presupuestaria discutida y votada en el Congreso. Cuando el mandatario asumió hace casi 13 meses, resolvió extender y luego ir modificando la asignación de recursos que había aprobado a fines de 2022 el Gobierno anterior. En septiembre último, presentó su primer proyecto de presupuesto, en un acto que intentó teñir con tintes refundacionales: “Este presupuesto va a cambiar para siempre la historia de nuestro país”, dijo entonces y aseguró que la regla central de su propuesta era sostener el superávit fiscal. ¿Su método? “Pensar primero cuánto tenemos que ahorrar, para después ver cuánto podemos gastar”.
Pero el proyecto del presidente no prosperó. En la Cámara de Diputados se debatió en comisión durante meses, sin lograr consenso y sin llegar a tratarse en una sesión plenaria. La principal resistencia provino de las gobernaciones provinciales. En tensión con el Ejecutivo nacional después del profundo ajuste y desguace del Estado aplicados por Milei, la mayoría de los gobernadores supeditó su apoyo —y el de sus legisladores— a la concesión de mayores recursos, la coparticipación de impuestos cobrados por la Nación y el pago de viejas deudas previsionales.
“No hay plata”, fue la invariable respuesta del Ejecutivo. “Habrá nueva ley cuando la política acepte tres cosas al mismo tiempo: déficit cero con baja de gasto público y sin suba de impuestos”, señaló el diputado oficialista José Luis Espert, a cargo de la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
Ante el cierre del año, el Gobierno publicó este lunes el decreto 1131/2024 que prorroga, a partir del 1 de enero de 2025, el vigente presupuesto general de la Administración nacional y sus modificaciones. En principio, se estima que los fondos que manejará el Ejecutivo incluirán unos 96 billones de pesos (alrededor de 96.000 millones de dólares). Con una inflación interanual del 211% en 2023 y del 166% en el último año (a noviembre de 2024), el impacto final del ajuste sobre los recursos públicos dependerá de los recortes que defina la motosierra de Milei.
“Entre el último presupuesto aprobado por el Congreso en 2022 y la actualidad, el 70% del crédito se amplió de manera discrecional mediante decretos de necesidad y urgencia y decisiones administrativas”, advirtió la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ). Para la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), la inédita prórroga del presupuesto por dos años seguidos “constituye un retroceso en la institucionalidad del sector público nacional y refleja la imposibilidad de alcanzar los acuerdos mínimos necesarios que permiten contar con la norma más importante para la gestión anual de gobierno”, según planteó en una declaración difundida este lunes.
La oposición al Gobierno cargó en particular contra la concentración de poder que acarrea la medida. “Milei nunca quiso tener ley de presupuesto. Quiere tener total arbitrariedad en el manejo de las finanzas públicas”, señaló Germán Martínez, presidente del bloque de diputados de Unión por la Patria (peronismo). La legisladora Margarita Stolbizer, de la bancada de Encuentro Federal (centro), acusó al presidente de impedir cualquier acuerdo en el Congreso “para que no se aprobara el presupuesto y poder gastar en lo que él quisiera, como un pequeño monarca”.
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