Un sistema para perseguir el dinero de Al Qaeda
SWIFT son las siglas en inglés de la Sociedad de Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales, que ha creado una plataforma de comunicación privada que permite a las entidades financieras intercambiarse información y que se utiliza básicamente para las transferencias de fondos.
Millones de mensajes. La compañía tiene su sede en Bélgica, pero cuenta con oficinas en los principales centros financieros del mundo. La sociedad -es una cooperativa propiedad de sus miembros- fue creada en 1973 -hasta entonces los bancos se comunicaban vía télex, de una forma no muy segura- y presta sus servicios a más de 8.300 bancos, instituciones de valores y clientes corporativos de más de 208 países. A través de la red SWIFT se gestionan diariamente 11 millones de mensajes de movimientos internacionales de dinero.
Un mero transmisor. La red no posee fondos ni gestiona cuentas en nombre de los clientes, ni almacena información de forma permanente. El objetivo es proporcionar a los bancos una plataforma de comunicación privada y segura para intercambiar información.
Código internacional. Uno de los estándares que creó esta sociedad fue el código BIC (bank identification code), que permite identificar al banco que realiza o recibe la transferencia. Este código está formado con hasta 11 caracteres que indican la sucursal, la localidad y el país en el que está la entidad.
Instrumento antiterrorista. A partir del ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001, el Gobierno de Estados Unidos utilizó el nuevo Programa de Rastreo de la Financiación del Terrorismo para forzar a la sucursal de SWIFT en Estados Unidos a que permitiera a los funcionarios norteamericanos el acceso a todas las transacciones bancarias para ayudar en la lucha contra el terrorismo y buscar movimientos de dinero de las redes de Al Qaeda y grupos similares. En la sucursal de Estados Unidos se reflejaba la información gestionada en Bélgica. Los hechos fueron descubiertos por The New York Times.
Regulación en Europa. Para regularizar la situación, el 30 de noviembre de 2009, el día antes de que entrara en vigor el Tratado de Lisboa que confiere más poderes al Parlamento, el Consejo de la UE alcanzó un acuerdo provisional de nueve meses (entre el 1 de febrero y el 31 de octubre de 2010) que permitía a las autoridades estadounidenses un amplio acceso a los datos bancarios gestionados por SWIFT. Sin embargo, SWIFT no quiso arriesgarse a aplicar el acuerdo y rechazó facilitar este acceso a la información hasta que el Parlamento Europeo se pronuncie. Ayer la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo votó en contra de facilitar estos datos a Estados Unidos. La votación definitiva del pleno está prevista para el 10 de febrero.
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