Tres presidentes africanos se reúnen con Gbagbo para darle un ultimátum
El mandatario derrotado de Costa de Marfil amenaza con cortar relaciones con quienes reconozcan a los embajadores de Ouattara - Una multitud ataca un convoy de la ONU
La situación en Costa de Marfil se tensa día a día. Los presidentes de tres países de África Occidental, en representación del bloque regional, dieron ayer, sin éxito, un ultimátum al autoproclamado presidente Laurent Gbagbo: o entrega voluntariamente el poder al considerado ganador por la comunidad internacional Alassane Outtara o podría ser por la fuerza de las armas. Tras las elecciones del 28 de noviembre, el país está cada vez más cerca de reanudar la guerra civil que lo dividió entre 2002 y 2007.
Una delegación integrada por los presidentes de Benin, Cabo verde y Sierra Leona llegó a Abiyán. En nombre de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental, se reunieron con Gbagbo para comunicarle las decisiones adoptadas en la cumbre extraordinaria del bloque celebrada el pasado viernes. En este primer diálogo, los tres presidentes, que actuaron como emisarios de la Comunidad Económica de los Estados de Africa Occidental (CEDEAO), han emplazado a Gbagbo a ceder el poder a su rival político, Alassane Ouattara, vencedor de las elecciones presideciales del pasado 28 de noviembre. Tras el fracaso de las negociaciones, los cuatro volverán a reiniciarse "pronto", según ha explicado después el presidente de Cabo Verde, Pedro Pires, presente en el encuentro.
Gbagbo ha amenazado, además, con cortar las relaciones diplomáticas con todos los países que reconozcan a embajadores designados por Ouattara. "El Gobierno quiere hacer saber que, a la luz de tales decisiones, se reserva el derecho de actuar recíprocamente y poner fin a la misión de sus embajadores en Costa de Marfil", ha dicho un portavoz de Gbabgo en una declaración en la televisión nacional marfileña.
En paralelo, una multitud atacó ayer un convoy de la ONU en Abiyán e hirió con machete a uno de los cascos azules. La violencia tras los comicios ha causado la muerte por lo menos a 173 personas y llevado al exilio a cerca de 14.000 personas. Un portavoz de Gbagbo ya avisó el domingo de las posibles consecuencias de una intervención armada: "Todos estos países vecinos tienen ciudadanos en Costa de Marfil, y ellos saben que si atacan Costa de Marfil desde el exterior se iniciará una guerra civil en el interior", subrayó. "¿Está Burkina Faso preparado para acoger de vuelta a tres millones de sus ciudadanos?", añadió. Millones de ciudadanos de países vecinos de Costa de Marfil trabajan en el país, relativamente próspero al ser el principal productor de cacao de África.
Ouattara, que cuenta con el reconocimiento internacional, se encuentra atrincherado junto a su Gobierno en un hotel de Abidjan bajo protección de la ONU, que ha prolongado su misión en el país, con los 10.000 cascos azules que tiene desplegados, seis meses más. Gbagbo lanzó su propio ultimátum hace una semana: amenazó a las fuerzas de la ONU con tratarlas como si fueran tropas rebeldes.
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