¿Es perjudicial el muecín para el turismo?
Polémica en Marruecos sobre la potencia de los decibelios de las mezquitas.- Los islamistas atacan a una ministra que sugirió regular el sonido del muecín de madrugada
¿Ahuyenta al turismo la excesiva potencia de la megafonía de las mezquitas en Marruecos cuando llaman a la oración de madrugada? Nouzha Skalli, de 57 años, la ministra marroquí de Desarrollo Social y de la Familia, está convencida de ello. Por eso se ha ganado la enemistad de imanes e islamistas radicales.
Skalli, feminista y responsable del que fue el partido comunista, se atrevió a plantear el tema en el Consejo de Ministros del 18 de marzo. Aprovechó un debate sobre la introducción de nuevas normas técnicas sobre la construcción de las mezquitas para preguntar: "¿No hay nada que establezca un límite legal a los decibelios de los altavoces de las mezquitas así como a la duración del llamamiento a la oración sobre todo la de Al Fajr?", entre cuatro y cinco de la madrugada. "No", le contestó irritado Ahmed Toufiq, su colega de Asuntos Religiosos. "Sería razonable regularlo porque muchas mezquitas están situadas cerca de zonas turísticas", replicó Skalli. El primer ministro, Abbas el Fassi, intervino inmediatamente para poner orden en la reunión.
Marruecos rebasó en 2007 los siete millones de turistas, de los que 1,6 millones de turistas son españoles, y su objetivo es alcanzar los 10 millones en 2010. Hay siete mezquitas por cada 5.000 habitantes, según el ministerio del ramo, y muchas de ellas están a proximidad de hoteles. La cuarta parte de los marroquíes efectúan la oración de Al Fajr, según la encuesta El Islam cotidiano publicada el año por la editorial Prologues el año pasado.
Ambos ministros han restado importancia al incidente, pero las palabras de Skalli se han propagado como un reguero de pólvora suscitando la reprobación en las filas islamistas. Los primeros en vilipendiarla son los imanes pese a su condición de funcionarios retribuidos por el Estado. Esta ministra "está empeñada en atacar a los musulmanes y al islam", aseveró el viernes el imán de Sidi Sliman.
Skalli, se indignaba, por su parte, un imán de Casablanca, "tiene un pasado comunista y se dispone a viajar a Dinamarca para recibir un premio feminista [de defensa de los derechos de la mujer] sin tener en cuenta la ira de los musulmanes contra las viñetas del profeta". "¿Quiere prohibir la oración de Al Fajr", proseguía, según relata el diario Al Bayane, órgano del partido al que pertenece la ministra.
Algunas páginas web religiosas, como Fidelidad al islam, van más allá y cuestionan incluso que una mujer "comunista reconvertida en socialista tenga derecho a gobernar a los musulmanes" aunque haya sido avalada en su cargo por el rey Mohamed VI que es también Comendador de los Creyentes, es decir jefe espiritual de los fieles marroquíes.
La prensa francófona, de talante más liberal, defiende a Skalli. Ahmed Benchemsi, director del semanario Tel Quel, recuerda en su editorial del pasado fin de semana que no solo los turistas sino los marroquíes, incluidos los niños, son despertados bruscamente de madrugada por el muecín.
"¿Por qué no protestan?", se pregunta Benchemsi. "Porque tienen miedo a ser estigmatizados como malos musulmanes", se contesta a sí mismo. "Mencionar los decibelios del muecín es poner en tela de juicio la oración e incluso el islam", prosigue. "Hemos llegado a renunciar a un derecho elemental (dormir tranquilos) para evitar acusaciones deshonestas". "Es un chantaje ( )". "Es preocupante, muy preocupante, ver hasta que punto los marroquíes se someten a él".
Le Journal, otro semanario francófono, no cree que el problema tenga solución y preconiza, en broma, atenuarlo impartiendo a los imanes, "junto con su formación teológica, clases de canto ( ) para no destrozar los oídos de nuestros futuros diez millones de turistas".
Hace ya años que el Consejo Superior de los Oulemas (doctores de la ley islámica) estipuló que "durante Al Fajr el sonido de los altavoces debe ser reducido al mínimo nivel sobre todo si están situados cerca de hospitales o residencias de personas que no son de confesión musulmana". La recomendación carece de valor legal y no se cumple.
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