Siete muertos en un atentado en la región uigur del oeste de China
La violencia ha vuelto a teñir de sangre la región de Xinjiang, hogar de la minoría musulmana uigur, en el oeste de China, que fue escenario de violentos enfrentamientos étnicos el año pasado. Siete personas murieron y 14 resultaron heridas ayer cuando un hombre condujo un triciclo cargado con explosivos contra un grupo de gente en la ciudad de Aksu y este estalló, según el Gobierno regional. La policía detuvo en el lugar al sospechoso del ataque, un uigur que resultó herido, según afirmó Hou Hanmin, portavoz oficial en Urumqi, capital de Xinjiang.
Hou aseguró que la mayoría de las víctimas son uigures, pero no aclaró el motivo del atentado y añadió que aún era pronto para decir si había sido un acto de terrorismo. "La policía afirma que fue un acto intencionado porque el sospechoso llevaba explosivos", declaró en una rueda de prensa.
Dilxat Raxit, portavoz del Congreso Mundial Uigur, una organización en el exilio acusada por Pekín de fomentar disturbios en Xinjiang, dijo que el aparente objetivo del ataque fueron las fuerzas de seguridad, y que entre las víctimas hay un policía y 14 agentes de un cuerpo auxiliar.
Violencia étnica
Xinjiang ha vivido graves enfrentamientos étnicos y ataques armados los últimos años. El 5 de julio del año pasado, una manifestación de uigures, inicialmente pacífica, degeneró tras la intervención de las Fuerzas Armadas en una ola de terror en la que uigures asesinaron de forma indiscriminada por el centro de la ciudad a miembros de la etnia han, la mayoritaria en China, y estos buscaron luego venganza. Al menos 197 personas resultaron muertas ese día y los que siguieron, la mayoría de ellas, han. Cientos de personas fueron detenidas y más de 25 han sido ejecutadas o condenadas a muerte. Un número indeterminado de uigures permanece desaparecido.
Muchos uigures sienten un gran resentimiento contra los hanes y el Gobierno central, al que acusan de reprimir su cultura, su lengua y su religión. Además, afirman que Pekín ha impulsado la emigración de hanes a la región para diluir su presencia.
En Xinjiang se produjeron atentados en 2008, antes y después de los Juegos Olímpicos de Pekín, con un balance de varias docenas de muertos. El Gobierno asegura que ha desmontado en los últimos años varias células terroristas.
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