El jefe de las tropas aliadas admite el fracaso de la estrategia en Afganistán
McChrystal propone reforzar el Ejército afgano e incrementar la seguridad civil
Al término del mes más mortífero para los soldados estadounidenses desde que comenzó la invasión de Afganistán, el nuevo comandante al mando de las tropas aliadas, el general Stanley McChrystal, recomendó ayer al presidente Barack Obama que modifique su estrategia de lucha contra los ataques de los talibanes y Al Qaeda en el país asiático y se centre en una gran operación contrainsurgente que permita entrenar a las tropas nacionales afganas y proteger de forma efectiva a la población civil.
McChrystal, que tomó posesión de su cargo el pasado 15 de junio, envió ayer al Pentágono y a la OTAN las conclusiones de una evaluación encargada personalmente por el Secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates. En ellas, el general califica la situación de Afganistán de "preocupante", aunque contempla posibilidades de éxito si se adopta una estrategia bélica flexible y centrada en combatir a las bases de apoyo de las células terroristas, que amenazan la consolidación de la democracia en el país.
Con la mitad de las urnas escrutadas, Karzai obtiene el 45%; Abdulá, un 33%
"La situación en Afganistán es grave, pero el éxito es posible, y requiere la implementación de una estrategia revisada, compromiso y dedicación, y una mayor unidad en el esfuerzo", dijo el comandante en un comunicado adjunto al informe, que permanece clasificado a petición del secretario Gates. McChrystal desea cambiar el enfoque de la lucha en el país asiático, pasando de una estrategia bélica tradicional a un escenario más dinámico, en el que también se combata a los insurgentes, pero en el que a la vez se impulse el desarrollo económico y la seguridad ciudadana en el país, para que los terroristas pierdan apoyo social.
En agosto fallecieron en Afganistán 47 soldados estadounidenses, la mayor cifra mensual desde que comenzó la guerra, en 2001. Según un recuento diario del periódico The Washington Post, unos 760 soldados estadounidenses han muerto desde entonces, frente a los 4.300 fallecidos en Irak.
De los 103.000 soldados aliados desplegados actualmente en Afganistán, unos 62.000 son estadounidenses y se espera que para finales de año esa cifra se eleve a los 68.000. El incremento responde a la orden que Obama dio al Pentágono para que desplegara 21.000 soldados más en el contingente afgano, haciendo de ese frente de guerra una prioridad, a la vez que comenzaba la retirada progresiva de Irak.
En su informe, McChrystal recomienda centrarse en neutralizar la insurgencia en los grandes núcleos de población, en lugar de perseguir a las células en las remotas zonas montañosas que lindan, al noreste, con Pakistán.
El general es un experto en operaciones de contrainsurgencia que participó en diversas misiones especiales en Irak, como la búsqueda y captura del dictador Sadam Hussein. Según ha expresado en diversas comparecencias y entrevistas recientes, su prioridad es entrenar a la policía y a las fuerzas armadas afganas para que lideren la lucha contra los terroristas.
Desde su nombramiento como comandante al mando de las tropas en Afganistán, diversos legisladores del Congreso le han recomendado que solicite más tropas para el combate. En su informe de ayer, McChrystal no lo hizo, aunque diversos diarios nacionales, como el Post o el New York Times, daban por sentado que lo hará a lo largo del mes de septiembre.
Uno de los asesores de McChrystal en estrategias contrainsurgentes, el teniente coronel retirado de las fuerzas armadas australianas David Kilcullen, explicó ayer, en una conferencia de prensa en Canberra, por qué la estrategia recomendada por McChrystal puede ser la acertada. "Un Gobierno que pierde en operaciones de contrainsurgencia no está siendo vencido en la guerra, está siendo vencido en el propio Gobierno. Eso es lo que pasa en Afganistán", dijo Kilcullen, según informa Reuters.
Según ese experto, los talibanes cuentan con una red de administración ejecutiva y judicial paralela a la del Gobierno democrático. Tienen juzgados, hospitales y escuelas propias, además de una figura similar a la del defensor del pueblo, a la que los civiles acuden para solventar problemas surgidos con los radicales islamistas que aspiran a reconquistar el país.
Según el último recuento de votos de las elecciones celebradas el pasado 20 de agosto, Hamid Karzai, que opta a la reelección, obtendría un 45,8% de los votos con la mitad de las papeletas escrutadas, frente al 33,2% de su principal rival, Abdulá Abdulá. Los observadores electorales han recibido más de 2.500 quejas formales por supuesto fraude.
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