"No hay razón para que la región no pueda derrotar al subdesarrollo"
Sebastián Piñera (Santiago de Chile, 1949) es el primer presidente de derechas elegido democráticamente en Chile desde 1958. Ganó la jefatura del Estado en su segundo intento, y puso fin a 20 años de Gobiernos de centro-izquierda. Es un empresario de éxito que asegura haber vendido todo el patrimonio necesario para dedicarse sólo a la política. "Pero quiero seguir en el Colo Colo [equipo de la primera división de fútbol], por lo menos hasta que gane la Copa Libertadores por segunda vez". Asumió el cargo el 11 de marzo, una semana después de que el peor terremoto en 50 años en Chile devastara el país. Más de 500 muertos y 30.000 millones de dólares (24.000 millones de euros) en pérdidas. "Una catástrofe", resume compungido Piñera. El mandatario es enérgico, directo y se nota que le gusta mandar: no ha dudado en indicarle al fotógrafo qué pose le favorecía más y dónde. Pide unos minutos para meditar sobre los temas de la entrevista y responde como un torrente.
"A Chile le ha ido muy bien con el libre comercio"
"Unasur tiene que demostrar con hechos que cumple sus objetivos"
Pregunta. ¿La reconstrucción de Chile consumirá todo su mandato, como se dijo inicialmente?
Respuesta. Chile fue golpeado por el quinto peor terremoto de la historia de la humanidad. El daño fue gigantesco. No sólo en pérdida de vidas, sino en destrucción de patrimonio. Los daños ascienden a 30.000 millones de dólares, casi un 18% del PIB. Hemos puesto en pie un plan para atender las emergencias, reconstruir el país y cumplir nuestro programa de gobierno. Para ello proponemos un plan fiscal valorado en 20.000 millones de dólares, a lo largo de cuatro años, que permitirá financiar la reconstrucción, pero también las mejoras en la educación y salud, la seguridad ciudadana, la creación de empleo, descentralizar el país, modernizar el Estado. Ese dinero lo sacaremos del ahorro externo que Chile acumuló durante la bonanza del precio del cobre, del incremento moderado de la deuda pública, que en Chile es prácticamente nula, de la venta de activos prescindibles y con austeridad fiscal. También habrá un aumento transitorio de los impuestos a las grandes empresas, a la minería, a los sectores de más altos ingresos y al tabaco. Habrá rebajas fiscales para las pymes y ventajas para el ahorro y la inversión para impulsar el crecimiento. El gasto público chileno es de 40.000 millones de dólares al año [32.200 millones de euros], y a ello le sumaremos otros 20.000 millones [16.000 millones de euros] en cuatro años. Espero que el proyecto se apruebe en el Parlamento en junio.
P. Otra gran reforma que ha emprendido es la electoral...
R. He propuesto que los chilenos en el exterior puedan votar, que se amplíe el padrón electoral y que el voto sea voluntario. Se prevén normas para renovar los partidos a con primarias. Es una reforma para modernizar, ampliar y hacer más participativa la democracia chilena. Queremos dar más poder a los ciudadanos.
P. ¿Ya ha vendido todo el patrimonio que prometió vender durante la campaña?
R. Yo me comprometí a vender la aerolínea LAN y la clínica Las Condes. Esto ya ha sido vendido. También me comprometí a buscar una fórmula para una red nacional de televisión llamada Chilevisión. Opté por la venta y se llevó a cabo hace unos días. He cumplido mis promesas aunque no hay ninguna ley que me lo exigiera. Lo vendí todo para ser político y dedicarme a ser un buen presidente. Todo menos el Colo Colo. Ya dije que no me desprendería del equipo. Espero participar hasta que podamos ganar por segunda vez la Copa Libertadores.
P. Chile tiene acuerdos de libre comercio con Europa, EE UU, India y China... ¿Qué busca en esta cumbre?
R. Chile predica y practica el libre comercio. Tenemos acuerdos con 56 países, sólo comparable a México e Israel. Nos ha ido muy bien con el libre comercio. Creemos que el sistema permite aprovechar las ventajas de cada país y, a la larga, expande la riqueza y las oportunidades de todos. El acuerdo de asociación con la UE no es sólo comercial, sino también político, cultural, tecnológico. Además, Chile será anfitrión de la cumbre UE-América Latina en 2012.
P. Usted propuso a los demás dirigentes latinoamericanos fijar metas y plazos para la región.
R. Llevamos siendo independientes 200 años en un continente bendecido por Dios, un territorio grande y generoso. Sin embargo, no hemos derrotado ni el subdesarrollo ni la pobreza. América Latina debe transformarse en una región desarrollada, sin pobreza extrema, y debe ser capaz de crear oportunidades. En Chile nos hemos propuesto que la renta per cápita pase de 14.000 a 22.000 dólares en 2018, cifra superior a la de algunos países del sur de Europa hoy. Una meta así tiene que poder fijarse para toda América Latina. No hay ninguna razón para que la región no sea capaz de derrotar el subdesarrollo.
P. ¿Puede la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) ser una vía para fijar esas metas?
R. Unasur quiere fortalecer las democracias, el desarrollo económico, facilitar la integración física a través de infraestructuras. Pero tiene que demostrar con hechos que cumple estos objetivos.
P. Usted ha hablado de dos visiones de América Latina. Una la representa una izquierda radical (Venezuela, Bolivia). La otra se refleja en una izquierda moderada (Brasil, Uruguay) y en el centroderecha (Chile, Colombia). ¿Pueden convivir ambas visiones dentro de una región integrada o acabará imponiéndose una de las dos?
R. He hablado de dos visiones para no hablar de dos bloques y dar idea de enfrentamiento. Son dos visiones de cómo conseguir la democracia, el desarrollo económico y hasta la integración social en cada país. Una la comparten Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, y tal vez algunos más. La otra nos une a Chile, México, Brasil, Perú, Colombia, Uruguay. La visión que defendemos desde Chile se basa en la democracia occidental, el Estado de derecho, la separación de poderes, la libertad de expresión, la alternancia en el poder, la economía social de mercado, en mercados abiertos y competitivos, en la integración... Este es el modelo en el que creo y el que promoveré en Unasur.
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