La guerrilla colombiana libera a cuatro rehenes
Las FARC entregan a tres policías y un militar a una comisión mediadora
La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) entregó ayer a tres agentes de la policía y un soldado a una comisión humanitaria encabezada por la senadora de oposición Piedad Córdoba, que viajó a recoger a los cautivos al departamento de Caquetá, en el sur del país. En la operación participó el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Tras horas de espera y cierta incertidumbre, alimentada por un retraso en el rescate, los helicópteros con los liberados aterrizaron a las siete de la tarde (una de la madrugada en la España peninsular) en Villavicencio, a 120 kilómetros de Bogotá. "Fueron sólo 20 meses, no fue tan duro como para los que llevan allí años", aseguró Juan Fernando Galicia, de 27 años, uno de los tres policías que ayer recuperaron la libertad junto a un soldado.
Está prevista la puesta en libertad de dos políticos esta semana
Aún permanecen secuestrados en la selva 22 policías y militares
Los cuatro fueron recibidos con flores blancas. Se les veía felices, preocupados por los que quedaron en la selva. En medio de un desorden de micrófonos y abrazos, contaron pocos detalles de su camino a la libertad. Un mes duró la marcha por la selva hasta llegar al sitio donde fueron entregados a la misión humanitaria. Hasta el último momento, permanecieron encadenados.
La operación empezó el sábado por la tarde en San Gabriel de Cachoeira, Brasil, país que aportó la logística para la misión. Uno de los miembros de la comisión, el periodista Jorge Enrique Botero, aseguró al canal venezolano Telesur que hubo retrasos por el seguimiento de aviones militares a los helicópteros implicados en el rescate. El Gobierno colombiano y el comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, negaron que se hubieran realizado operaciones militares en el área, y dijeron que con esta versión se pretendía sembrar dudas sobre el Ejecutivo.
La liberación fue anunciada el pasado 21 de diciembre por las FARC, en respuesta al grupo Colombianos por la Paz, encabezado por Córdoba. En septiembre empezó un intercambio epistolar con esta guerrilla de más de 40 años. El grupo ha pedido, entre otras cosas, que abandone la práctica del secuestro. Falta aún la entrega de dos políticos: Sigifredo López y Alan Jara. Según lo planeado, hoy lunes será entregado Jara; López, el miércoles.
El nombre de los miembros de la fuerza pública que ayer volvieron a la vida sólo fue revelado pocas horas antes de iniciada la operación. Galicia fue secuestrado en junio de 2007, junto a otros dos policías: Walter Lozano, de 35, y Alexis Torres, de 27. Los tres viajaban de civil en autobús por Caquetá, al sur del país. El soldado William Domínguez, de 24 años, fue secuestrado el 20 de enero de 2007. Durante cinco meses, desde el día en que se dieron fuertes combates entre un comando de las FARC y el batallón al que pertenecía William, su familia lo dio por desaparecido.
Una prueba de supervivencia les dio la certeza de que estaba vivo y que era considerado por la guerrilla como canjeable. Aún quedan en poder de las FARC 22 miembros de la fuerza pública, a los que pretenden canjear por 500 combatientes en prisión. Además, las FARC tienen como rehenes a cientos de civiles, por los que piden rescates económicos.
Los analistas coinciden en que, con estas entregas, la guerrilla pretende ganar espacio político y visibilidad internacional tras los duros golpes que recibió en 2008: la muerte en un bombardeo en territorio ecuatoriano de su número dos, Raúl Reyes; la de su máximo comandante, Manuel Marulanda, Tirofijo; la Operación Jaque, que le quitó de las manos a 11 rehenes, entre ellos las joyas más preciadas para el canje: la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y tres contratistas de EE UU; y las operaciones militares permanentes que mantienen acorralados a sus miembros.
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