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La guerra de Bosnia, en el banquillo

"No esperamos 14 años para esta farsa"

Familiares de las víctimas de Srebrenica protestan ante las puertas del tribunal

Isabel Ferrer

Tres autobuses llegados de Bosnia-Herzegovina dejaron ayer en Holanda a unos 150 familiares de las víctimas de la guerra de Bosnia, en especial las mujeres supervivientes de Srebrenica. Llegaron con la esperanza de ver a Radovan Karadzic convertido en el acusado del juicio estrella del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, y su decepción fue enorme.

"Sabían que tal vez no acudiría, pero creían que los jueces le obligarían a comparecer. No ha sido así, y ahora sienten que juega con ellos y con el Tribunal mismo. Quiere demostrar que sigue siendo poderoso en todo y con todos". La reflexión es de Admira Fazlic, una joven bosnia de 28 años que tenía 11 cuando fue encerrada con sus padres y hermana en un campo de concentración dirigido por serbobosnios. Ahora es periodista en la televisión holandesa, tiene a su familia con ella y ayuda a la comunidad bosnia residente en Holanda. "Las víctimas están descorazonadas y dudan que el juicio sea rápido", dice desde el autobús donde acompaña a los viajeros, que acudirán hoy por segunda vez a la sala de vistas.

"El tiene derechos y nosotros ni los huesos de nuestros hijos", dice una madre
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Entre ellas estará sin duda Munira Subasic, cabeza visible del grupo denominado Madres de Srebrenica. Perdió a su hijo pequeño y a su marido y tiene muy claro su objetivo vital. "Hemos venido para decirle a Europa que buscamos la justicia y la verdad, y nos encontramos con esto. El hecho de que Karadzic no se presente demuestra que el criminal tiene todos los derechos. Las víctimas, entretanto, no poseen ni los huesos de sus hijos", dijo frente a la sede del tribunal. Rodeada de mujeres en su misma situación. Tocada con un pañuelo claro, igual que otras compatriotas, recuerdan en grupo a las Madres de la Plaza de Mayo argentinas, incansables en la búsqueda de desaparecidos.

Zumraca Sehomerovic, otra viajera de Srebrenica que se quedó viuda en el genocidio, comparte la furia y las convicciones de Subasic. "Esto es una basura política. Estoy asombrada por lo ocurrido en el tribunal. No hemos esperado 14 años, pidiendo justicia sin descanso, para esta farsa. Pero en lugar de castigar a Karadzic, le premian", dijo al ver que se aplazaba el juicio. "Es un truco. Sólo quiere controlar al tribunal", corrobora Jasna Causevic, del grupo Sociedad para los Pueblos Amenazados.

En la calle, a las puertas del TPIY, la protesta es a ratos silenciosa. Mujeres casi envueltas en pancartas pidiendo justicia, se unen a otras que muestran las fotos de sus muertos enmarcadas como si estuvieran colgadas en la pared de sus casas. Otras exhiben una especie de colcha tejida con los nombres de los fallecidos. Todos los carteles están hechos en casa, sus lemas escritos con rotulador. Pero no pierden fuerza. Ni el más simple, con el nombre de Srebrenica y la fecha de 11 de julio de 1995, el día en que comenzó el genocidio más reciente de la historia europea.

Mujeres bosnias se manifiestan ayer ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia en La Haya.
Mujeres bosnias se manifiestan ayer ante el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia en La Haya.AFP

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