Los disturbios se multiplican en Londres
La violencia y los saqueos se extienden desde Tottenham a otros barrios de la capital
El levantamiento del sábado pasado en Tottenham se ha extendido a numerosos puntos de Londres y está empezando a extenderse también al centro de Inglaterra y a tomar proporciones de grave crisis política. Esta tarde se han registrado actos de vandalismo, quema de comercios y enfrentamientos entre manifestantes y policías antidisturbios en los barrios de Hackney, East Ham, Peckham y Lewisham, en el este y sur de Londres, en lo que parece el inicio de la tercera noche de disturbios en la capital británica. Y a las ocho de la tarde la BBC ha informado del inicio de protestas semejantes en la zona comercial del Bullring, en el centro de Birmingham, y de incidentes en la ciudad de Leeds.
Los políticos han tardado tres días en reaccionar. La ministra del Interior, Theresa May, ha interrumpido hoy por fin sus vacaciones estivales para reincorporarse a su despacho y el alcalde, Boris Johnson, se espera que regrese mañana a mediodía a la capital británica. El primer ministro, David Cameron, sigue en Italia. El viceprimer ministro, Nick Clegg, ha visitado la zona donde todo ha empezado: Tottenham.
Según la responsable del Foreign Office, esta tarde la policía ha detenido a 215 personas y el número de policías heridos se eleva a 35.
La revuelta del sábado en Tottenham, provocada por la turbia muerte de un joven de 29 años abatido a tiros por la policía, se extendió el domingo por la noche con bandas de jóvenes asaltando tiendas de electrodomésticos, de teléfonos móviles y de ropa deportiva en Enfield, al norte; en Walthamstow, al Este; y en Brixton, en el sur de la capital. También se registraron incidentes en Islington, al norte , y en Oxford Circus, en el corazón comercial del centro de la ciudad, donde medio centenar de jóvenes intentaron cometer actos de vandalismo.
Los analistas británicos parecen tan desconcertados como el Gobierno y las fuerzas del orden. Detrás de la revuelta parecen palpitar motivaciones distintas. Una mezcla de frustración por las condiciones personales y la falta de perspectivas de los jóvenes de los barrios más humildes de la capital, de sentimiento de marginación de las minorías étnicas pero también un componente de puro vandalismo juvenil alentado por la facilidad con que las redes sociales permiten emitir el mensaje de dónde se da la oportunidad de pillar teléfonos móviles, electrodomésticos o ropa deportiva gratis.
Los primeros incidentes del domingo por la noche empezaron a última hora de la tarde en Edmonton, donde los antidisturbios se emplearon con gran contundencia. Pero la policía pareció mucho menos activa en Brixton, donde 200 jóvenes asaltaron las sucursales de grandes cadenas nacionales como Marks and Spencer y Argos, una popular cadena de venta por catálogo a precios bajos.
Pero los incidentes del domingo podrían quedarse pequeños ante los que se están desarrollado esta noche en otras zonas de Londres. En Hackney, un barrio del Este a medio camino entre la pobreza pura y dura la bohemia de bares de moda, los incidentes empezaron a primera hora de la tarde después de que la policía registrara a un joven sospechoso al que no le encontratron nada. El incidente escaló y se transformó pronto en una batalla entre manifestantes y antidiusturbios.
Los incidentes han saltado luego a Peckham y a Lewisham, en el sudeste de la capital, dos barrios mucho menos bohemios, con las televisiones ofreciendo imágenes en directo de edificios en llamas. Según los medios británicos, algunos de los principales supermercados, como Sainsbury's, Waitrose o The Co-op estaban cerrando sus establecimientos en la zona de Islington desde las seis de la tarde ante el temor de que los escarceos que se vivieron el domingo por la noche se convirtieran ayer en algo más serio.
La policía empieza a parecer completamente desbordada por la situación. Muchos agentes están cancelando sus vacaciones por propia iniciativa y reincorporándose al cuerpo y la Policía Metropolitana está recibiendo refuerzos de otras zonas del país.
También los políticos parecen desconcertados. La ministra del Interior, Theresa May, ha cancelado por fin sus vacaciones y se ha incorporado a su despacho para reunirse con la cúpula de Scotland Yard y estudiar la situación. Hasta ahora, May se había limitado a emitir comunicados de una superficialidad pasmosa, llenos de frases de condena y muy parcos en información. "Anoche, los oficiales de policía han vuelto a arriesgarse para proteger a los londinenses y a sus propiedades", arrancaba el comunicado hecho público por May a primera hora de la mañana.
"Los responsables de esta violencia y pillajes tendrán que afrontar las consecuencias de sus actos. Muchos han sido detenidos y se harán nuevos arrestos", continuaba. "Los londinenses han dejado claro que no hay excusas para la violencia y hago un llamamiento a los miembros de las comunidades locales para trabajar de forma constructiva con la policía y ayudar a llevar a estos criminales ante la justicia", concluía la responsable del Home Office.
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