La 'diplomacia pendular' de Argentina
El presidente Kirchner trata de restaurar su imagen internacional mientras sigue apoyando el populismo en Latinoamérica
Al contrario de lo sucedido durante la mayor parte de su gestión, los últimos meses en el poder del presidente Néstor Kirchner se están caracterizando por una inusual atención a la política exterior. En sólo tres semanas, España, México, Estados Unidos, Uruguay y Venezuela han centrado la actividad de la diplomacia argentina del mandatario y de su esposa y candidata a la presidencia, Cristina Fernández. Sin embargo, los Kirchner igual impulsan un acercamiento estratégico al Gobierno de centro-derecha mexicano, como defienden ante terceros -y reciben ayuda- al populista venezolano Hugo Chávez. Una estrategia calificada en Argentina como diplomacia pendular.
La aspiración de Cristina Kirchner a ocupar la presidencia -pretensión que avalan las encuestas- ha provocado una mayor apertura al exterior de un país cuyo presidente hasta ahora no se había prodigado en los escenarios internacionales. "Es evidente que el foco de Kirchner ha estado en la política interna y, en este sentido, ha utilizado la política exterior como una manera de impulsar la primera, muchas veces incluso en detrimento de relaciones con otros países", destaca Mariano Musa, presidente del Centro de Estudios Estratégicos de Relaciones Internacionales (CEERI).
Chávez llega hoy a Buenos Aires para comprar 725 millones en bonos de deuda
De hecho, en la brecha abierta en Latinoamérica entre la izquierda de corte socialdemócrata representada por Brasil y Chile y el populismo radical capitaneado por Venezuela, Kirchner ha nadado siempre entre dos aguas. Y esa estrategia se ha impulsado desde la designación en julio de la senadora Kirchner como candidata oficial a la máxima magistratura del Estado.
En apenas tres semanas, Argentina ha reafirmado su interés por las inversiones españolas, por boca de Cristina Kirchner en Madrid, a la vez que desde Buenos Aires se criticaba duramente a los empresarios españoles. "Son incorregibles", declaró en público el presidente con su esposa todavía volando de regreso a Argentina. Kirchner ha restaurado esta semana una deteriorada relación con México mediante una visita al más alto nivel y la firma de un acuerdo estratégico, y a la vez ha atacado duramente al principal aliado de México, Estados Unidos, desde el mismo suelo mexicano.
Esta política exterior de una de cal y otra de arena revela para algunos reputados analistas, como Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, las ambigüedades y contradicciones de la estrategia externa del oficialismo argentino. "La senadora busca mostrar una actitud más flexible y comprensiva que la asumida por Néstor Kirchner en oportunidades anteriores", destaca Fraga, para quien esta imagen se tambalea cuando llegan las críticas a empresas y bancos extranjeros o la defensa cerrada de Chávez.
Argentina recibirá hoy de nuevo una visita del venezolano Hugo Chávez, quien llegará con la compra bajo el brazo de 1.000 millones de dólares (725 millones de euros) en bonos argentinos. "Los argentinos debemos estar agradecidos a Chávez, porque siempre que le hemos necesitado ha estado", subrayó ayer el jefe de Gabinete de Kirchner, Alberto Fernández. Venezuela es el mayor comprador de bonos argentinos. De consumarse la nueva compra, el monto total de títulos en manos del Estado venezolano será de 4.200 millones de dólares. Además, el mandatario venezolano ha prometido acelerar la construcción de una planta regasificadora, algo de máximo interés para un país como Argentina, con una grave crisis energética.
El presidente venezolano llega a Buenos Aires envuelto en la polémica suscitada por el acoso oficial a la cadena de televisión RCTV y su proyecto de optar a la reelección sin límites.
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