"Es día 11. Seguro que es un atentado"
La Oficina Comercial Española en Argel sufre graves daños materiales
"¿Qué es este estruendo?", preguntó a las nueve de la mañana uno de los empresarios de Confemadera. "Hoy es día 11, así que seguro que es un atentado", contestó bromeando Ismael Castelo, de 27 años, un becario de la Oficina Comercial de España en Argel.
La delegación de Confemadera (Asociación Española de Recuperadores de Madera) ya se escamó al oír a lo lejos la explosión provocada por un primer atentado en Ben Aknoun, pero a la media hora el ruido fue ensordecedor cuando estalló un segundo coche bomba a tan sólo 150 metros del edificio donde estaban reunidos.
Voló la sede de dos agencias de Naciones Unidas separada por un aparcamiento de la Oficina Comercial, que fue alcanzada de lleno por la onda expansiva. Enviado por la Cámara de Comercio de Santiago de Compostela, Castelos acabó ayer con un buen susto su beca de 12 meses en Argelia. "Tras reponernos del sobresalto pasamos a comprobar que todos los allí presentes —11 empleados y cinco empresarios— estábamos bien", explicaba por teléfono. "A continuación llamamos a nuestras familias y a otros empresarios españoles, que estaban de visita en Argel, para tranquilizarles", prosigue. "Era difícil porque sólo nos funcionaba una línea telefónica fija y la red de móviles estaba saturada".
Los representantes de Confemadera hicieron una llamada más, a la compañía Iberia, para adelantar su vuelo y regresar ayer mismo a Madrid. Tuvieron que caminar hasta su hotel porque la zona estaba acordonada y ningún taxi pudo recogerlos. Por la calle se cruzaron con camilleros que rescataban heridos y recuperaban cuerpos sin vida.
"Hemos tenido suerte porque el chalé que alberga la oficina está bastante dañado —con cristales rotos, ordenadores volcados, falsos techos caídos, puertas arrancadas etcétera— pero todos hemos salido ilesos", añade el becario, que mañana regresará a Galicia. Milagrosamente, los cristales evitaron a las personas cuando se rompieron en añicos.
Juan Leña, el embajador de España en Argel, había salido a la calle tras oír el primer estruendo no muy lejos de su despacho. Miraba al cielo para tratar de divisar alguna columna de humo cuando uno de sus subordinados le informó de que se acababa de producir una segunda explosión en Hydra, cerca de la Oficina Comercial. Se subió al coche con su chófer.
Tardó casi una hora en recorrer los tres kilómetros que separan a la embajada de la Oficina Comercial. "Había ya calles cortadas, tuvimos que dar un rodeo, pero gracias a la matrícula diplomática conseguimos llegar", relataba ayer Leña por teléfono. Se topó a su llegada con el coronel Mohamed Tighristine, jefe de Protección Civil, y le preguntó por los daños en la Oficina Comercial. "Aunque no son estructurales, sí son cuantiosos", comenta el embajador.
La Oficina reabrirá el miércoles para ser limpiada y efectuar reparaciones de urgencia. "Algún empleado acudirá para tratar de poner a salvo la información que contienen los ordenadores", precisó Castelos.
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