Evo Morales promulga una nueva ley electoral para los comicios de diciembre
El Gobierno y la oposición acuerdan un texto modificado para su aprobación
El presidente de Bolivia, Evo Morales, promulgó ayer la polémica ley de régimen electoral transitorio, que le permitirá optar a la reelección el 6 de diciembre. Morales compareció ante sus seguidores, reunidos en la plaza de armas de La Paz, horas después de que el Congreso Nacional de Bolivia aprobara, tras casi 33 horas de sesión ininterrumpida, el texto modificado.
"Es otro día inolvidable y memorable, otro día en que el pueblo boliviano escribe historia", dijo Morales, al aludir la huelga de hambre que mantuvo durante casi seis días para apoyar la norma.
"La huelga obligó a ese grupo de senadores que no quiere a su patria a aprobar una ley que garantiza las elecciones", señaló Morales al referirse a los legisladores de la oposición.
El presidente boliviano levantó el ayuno voluntario que mantenía desde el jueves y pidió a los movimientos sociales y sindicales que le acompañaron en esta medida -unas 3.000 personas, según informaron las autoridades- a dejar la huelga de hambre y "festejar este nuevo triunfo en la lucha por el cambio en el país".
La oposición había rechazado el proyecto de ley electoral de Morales por entender que se trataba de un intento del presidente de ampliar la representación política de los indígenas y así facilitar su reelección. Cerca de un 50% de la población de Bolivia es indígena, según un censo realizado en 2001. La propuesta original del Gobierno preveía la creación de 14 nuevos distritos electorales para los pueblos indígenas minoritarios; la ley promulgada sólo permitirá establecer ocho.
Pese a que la nueva Constitución, ratificada en referéndum el 25 de enero, fijaba las elecciones para el 6 de diciembre, la aprobación del nuevo régimen electoral levantó una crisis política entre el partido con mayoría en el Gobierno, el Movimiento al Socialismo (MAS) y la oposición.
Una comisión de concertación integrada por parlamentarios oficialistas, opositores y miembros del Gobierno, tras casi 33 horas de trabajo ininterrumpido, logró consensuar un texto que fue presentado al pleno del Congreso para su aprobación artículo por artículo.
La principal exigencia de la oposición era la revisión del padrón actual de electores. Morales ofreció la creación de un nuevo registro, que costará 35 millones de dólares y que se realizaría con novedosas herramientas tecnológicas, como el registro digital de fotografía, firma y huellas dactilares. El dinero provendría de un monto que el presidente boliviano había presupuestado para la compra de un avión presidencial. La ley además permite la participación experimental de los bolivianos que viven en el extranjero.
"Es un consenso conflictivamente logrado, a la boliviana", afirmó el vicepresidente, Álvaro García Linera.
En el acto realizado tras la promulgación de la ley, García Linera acusó a un grupo de legisladores de la oposición de "desertar" de la maratónica sesión tras recibir lo que calificaron como golpes "oficialistas", es decir, la intempestiva propuesta de García Linera de votar el texto original que ya había sido rechazado y modificado por los senadores. "Incumplieron la Constitución. Se formó un grupo de desertores del Congreso que en vez de trabajar se fue a descansar a su casa", afirmó. Los dirigentes sindicales aprovecharon la ocasión para lanzar la candidatura de Evo Morales como garantía de "lograr el triunfo y derrotar al neoliberalismo impuesto por el imperialismo de Estados Unidos", según proclamó Isaac Ávalos, dirigente de los sindicatos campesinos.
El máximo dirigente de la Central Obrera Boliviana, Pedro Montes, pidió el cierre del Parlamento "porque no pueden seguir ganado sueldo sin hacer nada ni seguir chupando la sangre del pueblo". La oposición parlamentaria expresó públicamente su satisfacción ante la aprobación de la nueva ley, que calificó como más equitativa y justa.
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