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Reportaje:El reto iraní

El combate virtual entre Irán y EE UU

Teherán lanza un videojuego en el que los héroes son unos científicos iraníes secuestrados por tropas estadounidenses

Ángeles Espinosa

Las tropas estadounidenses acaban de secuestrar a un matrimonio iraní en la ciudad santa iraquí de Kerbala. No se trata de una pareja cualquiera. Said y Maryam Kusha son dos científicos nucleares. La situación podría desencadenar una nueva crisis entre Washington y Teherán si no fuera porque el incidente sucede en un videojuego. Además, el superagente Bahman Naserí, amigo del padre de Said, acude de inmediato al rescate de la pareja.

Operación especial 85: Liberación de rehenes, que ayer se presentó en Teherán, es mucho más que un videojuego. Tras la aventura trepidante que se inicia en el norte de Irán, sigue en Isfahán e Irak y termina en Israel, se halla la voluntad de contrarrestar la imagen de Irán que predomina en el exterior y de ofrecer a los jóvenes iraníes una alternativa a los videojuegos occidentales que asocian el país con el terrorismo.

"Hay que enfrentarse al enemigo en el campo cultural", dice un líder estudiantil islamista

"Hay que enfrentarse al enemigo en el campo cultural", declaró Mohamad Taghi Fakhrian, secretario general de la Federación de Asociaciones Islámicas de Estudiantes, que encargó el videojuego. El grupo es el mismo que en septiembre de 2005 organizó la conferencia Un mundo sin sionismo en la que el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, realizó la controvertida declaración sobre la necesidad de "borrar a Israel del mapa".

El proyecto, desarrollado por una compañía de Isfahán, ha costado 23.000 euros, y dos años y medio de trabajo. La idea surgió a raíz de la popularidad entre los jóvenes iraníes de un juego lanzado por una compañía estadounidense en el que soldados norteamericanos atacan las plantas nucleares de Irán, incluido el centro de enriquecimiento de uranio de Natanz. "Algunos videojuegos actuales presentan a Irán como un país terrorista y destino de los soldados estadounidenses", señaló Fakhrian. "La mayoría de los videojuegos de acción no cumplen las normas islámicas ni las normas sociales de Irán", dijo.

Pero hay también un mensaje político. Una vez secuestrados, Said y Maryam son trasladados a Israel, donde llegan a ver a los cuatro diplomáticos iraníes que las falanges libanesas tomaron como prisioneros hace 25 años durante la guerra civil en su país. El juego acusa a Israel de mantener detenidos a sus cuatro ciudadanos que, según Irán, aún siguen vivos, algo que nunca ha sido confirmado de forma oficial. Hace apenas dos semanas, varios portavoces iraníes han recordado su memoria y asegurado que trabajan para liberarlos.

Naserí, un miembro de las fuerzas especiales, va superando etapas a la vez que el jugador sube de nivel. Los cuatro últimos, los más difíciles para el jugador y más peligrosos para el agente, transcurren en Israel. Lógicamente, para avanzar, el superagente tiene que matar a soldados estadounidenses e israelíes. Aún así, Fakhrian aseguró que el juego "no promociona la violencia o el terrorismo". "Al liberar a los rehenes iraníes, promovemos los valores de entrega y de defensa de nuestro país", afirmó. De hecho, Naserí también puede resultar víctima del enemigo. Pero el éxito es lograr la liberación de los seis iraníes y llevarlos a casa. Igual que en los juegos estadounidenses, pero cambiados los papeles de buenos y malos.

Imagen del videojuego iraní <i>Operación Especial 85,</i> en la que el jugador dispara a un soldado de EE UU.
Imagen del videojuego iraní Operación Especial 85, en la que el jugador dispara a un soldado de EE UU.REUTERS

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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