"Sólo el KGB es capaz de hacer una cosa así"
Los próximos al ex agente ruso envenenado acusan al Kremlin, mientras un diputado próximo a Putin le sugiere que tenga cuidado con el "vodka caducado"
Para los más próximos a Alexander Litvinenko no hay duda. El ex agente ruso crítico con Putin que desde hace unos días se debate entre la vida y la muerte en un hospital de Londres ha sido envenenado y el culpable es el Kremlin. "Sólo el KGB sería capaz de hacer algo así", ha dicho Oleg Gordievski, una autoridad en el tema, pues no en vano dirigió los servicios secretos soviéticos en Londres durante los 80. Moscú ha rechazado tajantemente ya las acusaciones.
Gordieveski se despacha a gusto contra sus antiguos patrones en una entrevista que publica hoy The Times. "Por supuesto que esto estaba dirigido por el Estado ruso", ha dicho. "El veneno era demasiado sofisticado", ha explicado. En la misma línea ha hablado Alexandre Goldfarb, amigo del ex agente, quien ha apuntado también a Moscú y al FSB (antiguo KGB).
"Yo no tengo pruebas, pero hay vínculo continuo alrededor de los crímenes políticos en Rusia y en el extranjero", ha asegurado Goldfarb. "Lo que es sorprendente es que esto suceda en Gran Bretaña, pero no me sorprende que Alexandre sea el objetivo. Había recibido amenazas contra su vida", ha asegurado.
Moscú ha sido tajante en el desmentido. Un portavoz del Kremlin, Dmitry Pesrkov, ha negado las acusaciones
que implican al Gobierno ruso en el envenenamiento y las ha calificado de "completo sinsentido". Más duro ha sido el diputado progubernamental Guennadi Goudkov, también antiguo integrante de los servicios secretos, quien se ha atrevido a ironizar sobre la salud del ex agente y le ha recomendado que "tenga cuidado con el vodka caducado".
Mientras, el estado de salud de Litvinenko sigue siendo preocupante. El ex espía sigue hospitalizado en el University College Hospital en estado grave y su salud se ha deteriorado ligeramente en las últimas horas. Por ello, esta madrugada ha sido trasladado a la unidad de cuidados intensivos.
Litvinenko seguía la pista de los asesinos de la periodista Anna Politkovskaya, que fue asesinada cuando elaboraba un reportaje sobre Chechenia muy crítico con el Gobierno ruso.
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