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Sarkozy aguanta el primer asalto de la movilización sindical contra la reforma de las pensiones

La jornada de huelga que ha acompañado a las 170 manifestaciones sindicales no ha tenido mucha repercusión

Nicolas Sarkozy ha aguantado el envite de los sindicatos, que han protestado en la calle contra la futura reforma de las pensiones prevista por el Gobierno francés, que retrasará la jubilación de los trabajadores más allá de los actuales 60 años.

Los sindicatos aseguran que acudieron a las diferentes manifestaciones repartidas por todo el país más de un millón de personas. La policía ha rebajado la cifra a 380.000. En todo caso, más o menos, los mismos manifestantes que tomaron la calle el pasado 13 de marzo -y por la misma razón- pero menos que en otras protestas exitosas de los últimos años, en los que la misma policía contabilizaba más de un millón de participantes.

Es cierto que el tiempo, al menos en París, no ha acompañado, con una lluvia insistente. También que hay muchos franceses que ven que la jubilación a los 60 años, en tiempos de crisis, alto déficit público y gran esperanza de vida, se ha convertido en una bella utopía. De cualquier forma, los cientos de miles de personas que han salido a la calle no renuncian a lo que consideran un derecho adquirido. De hecho, la mayoría de líderes sindicales consideraron la jornada "un éxito". Y muchos de los participantes auguran que no se quedará ahí: "Esto es como la mayonesa. A lo mejor la primera no sube, pero hay que seguir, hasta que monta", explicaba un funcionario de 35 años.

Sarkozy prometió hace meses que la "inevitable" reforma de las pensiones se llevará a cabo "con consenso o no" en otoño. "El calendario favorece al Gobierno", ha avisado otro participante: "Con las vacaciones de por medio y el Mundial de Sudáfrica, la protesta puede que se desinfle y eso será aprovechado por Sarkozy".

La jornada de huelga que ha acompañado a las manifestaciones ha sido seguida incluso menos. Una de las razones: las jubilaciones de los trabajadores del metro, de los trenes y de otras empresas públicas, negociadas en 2007, no están incluidas, de momento, en la nueva reforma.

Un grupo de manifestantes recorre las calles de Marsella.
Un grupo de manifestantes recorre las calles de Marsella.REUTERS
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