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Putin lanza una campaña de imagen para volver a ser presidente de Rusia

El primer ministro se muestra hiperactivo en público ante las elecciones de 2012

Pilar Bonet

¿Se dispone el primer ministro Vladímir Putin a volver a la presidencia de Rusia? Esta impresión se afianza ante la febril actividad del político más popular del país, con ventaja sostenida sobre su compañero de tándem, el jefe de Estado, Dmitri Medvédev (78% y 73% de apoyo, respectivamente, en abril según el centro Levada).

Rusia celebrará elecciones presidenciales en 2012, pero los analistas observan que Putin acompasa las iniciativas y viajes del presidente Medvédev con otros propios de peso equivalente, refuerza mecanismos de control y crea condiciones para disponer de recursos financieros sin ser fiscalizado.

Putin y Medvédev mantienen abiertas todas las opciones y sostienen que, llegado el momento, concertarán la candidatura para dirigir el Estado durante seis años (en lugar de los cuatro actuales). Ahora que Medvédev pasa el ecuador del mandato iniciado en 2008, cada vez son menos los que piensan que va a desmarcarse y emprender una verdadera democratización, en vez de pequeños ajustes sobre restricciones previas. Es más, el propio Putin podría reservarse esta misión en un retorno que, de efectuarse, debería dar una imagen de innovación, frescura y capacidad de neutralizar el escepticismo de los rusos ante la Administración. La búsqueda de la fórmula mágica ha comenzado.

La economía rusa vuelve a remontar, pero aún depende de los hidrocarburos

La información sobre las actividades de Putin no siempre está sincronizada con la realidad. Las cadenas de televisión dieron el jueves la noticia de su visita al archipiélago de la Tierra Franz Joseph en el Ártico. Lo mostraron enfundado en un anorak rojo que contrastaba con la nieve y con un oso polar de 231 kilos, previamente dormido, al que puso un collar y estrechó la zarpa.

La página oficial del primer ministro informó del viaje el 29 de abril, y Kráznaia Zvezda, el diario del Ejército, afirmó que la visita fue "el miércoles" (el 28 de abril). Pero el periplo tuvo lugar antes de que Putin compareciera en la Duma el 20 de abril y, resfriado y afónico, lo mencionara de pasada en un discurso en el que presentó su gestión como una titánica y victoriosa lucha contra la crisis económica.

Desde luego, no es lo mismo aparecer ligero de ropa en el Ártico tras un resfriado que resfriarse por haberse quitado el gorro y entreabierto el anorak para dar una imagen invernal digna del torso desnudo que muestra en verano.

El Banco Mundial afirma que la economía rusa comienza a remontar y el Gobierno ha corregido el pronóstico de crecimiento del PIB para 2010 y 2011 a 4% y 3,5%, respectivamente (se preveía 3,1% y 3,4%). Rusia, sin embargo, sigue dependiendo de los precios de los hidrocarburos y no ha aprovechado la crisis para impulsar reformas estructurales. La coyuntura ayuda al Kremlin, pero el alza de las tarifas y servicios genera malestar social y los dirigentes temen la iniciativa popular. De ahí que en la Duma se haya presentado un proyecto de ley para obstaculizar aún más los mítines y prevenir las manifestaciones de automovilistas. Los ciudadanos motorizados son el sector más organizado y activo de la sociedad rusa y entre sus iniciativas está la de pegar cubos de plástico azul en el techo de sus coches para protestar contra los privilegiados que usan sirenas para abrirse camino en el tráfico.

Por disposición de Putin, hasta febrero 2012 dejarán de publicarse en Internet los datos sobre el fondo de reserva y el fondo de bienestar nacional, que se forman con los ingresos estatales del gas y el petróleo. El economista Mijaíl Deliaguin relaciona esta limitación del acceso a la información con una acelerada mengua de los recursos o con la posibilidad de que éstos se inviertan en algo "incomprensible e irracional" y el deseo de "no rendir cuentas ante nadie".

Gobernar en tándem no es fácil. "Incluso si Medvédev es una figura temporal, Putin debe apoyar simultáneamente el mito del presidente Medvédev (como si fuera verdadero, pero de hecho de juguete) y el mito sobre sí mismo como verdadero presidente, que pronto ocupará de nuevo su puesto", señalaba el diario Vedomosti. "Medvédev se comporta como un presidente porque es un presidente, y Putin porque es como un presidente". Los partidarios del retorno de Putin piensan en cómo lograr su fin sin empañar la gestión de Medvédev, cuyo esfuerzo y entrega al papel de presidente merecen el agradecimiento de aquél a quien sirvió.

El primer ministro ruso, Vladímir Putin (a la derecha), ayuda a medir un oso polar anestesiado en el Ártico.
El primer ministro ruso, Vladímir Putin (a la derecha), ayuda a medir un oso polar anestesiado en el Ártico.AFP

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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