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Prisión para los padres adoptivos de una niña 'robada' en Argentina

Por primera vez un hijo de desaparecidos de la dictadura lleva a su 'apropiadores' a los tribunales

Los tribunales argentinos han dictado la sentencia del primer juicio iniciado a partir de una querella de una hija de desaparecidos contra sus padres adoptivos. Tras un mes y medio de audiencias, el tribunal ha condenado a penas de prisión a los 'apropiadores' de María Eugenia Sampallo Barragán, que es como se llama la joven.

Osvaldo Rivas y María Gómez Pinto, la pareja que en 1978 adoptó a María Eugenia Sampallo Barragán como propia, han sido condenados a ocho y siete años de prisión, respectivamente. La Juasticia ha condenado también al ex capitán Enrique Berthier, que entregó la niña al matrimonio, se lo condenó a 10 años de reclusión. Las penas distan mucho de los 25 años que había pedido la acusación y de la absolución que solicitaba la defensa.

A los condenados se les han atribuido delitos de retención y ocultamiento de una menor durante 10 años y falsificación de documento público. Ninguno de los tres imputados ha querido hablar antes de conocer el veredicto del Tribunal Federal Cinco, circunstancia que ha lamentado el abogado de Sampallo, Tomás Ojea Quintana, quien ha añadido "lamentamos que no hayan aprovechado la oportunidad que les dio el tribunal de arrepentirse y, sobre todo, de brindar información acerca del origen de María Eugenia".

Sampallo, que tiene 30 años, había pedido el lunes pasado que los delitos atribuidos a los imputados fueran considerados de "lesa humanidad" en el juicio, que comenzó el 19 de febrero último.

23 años sin identidad

La joven sólo porta sus verdaderos apellidos, Sampallo Barragán, desde 2001, cuando gracias a una prueba genética se supo determinar que es la hija de Leonardo Sampallo y Mirta Barragán, desaparecidos en diciembre de 1977. Pero hasta ese momento oficialmente había sido la hija de Osvaldo Rivas y María Teresa Gómez, una pareja afín al régimen militar al que su amigo el capitán Enrique Berthier le entregó una recién nacida junto a un certificado falso. Fue la curiosidad de la niñapor su verdadero origen la que desencadenó un proceso que culminó con la recuperaciçon de su verdadera identidad, algo que ya han logrado unos 80 hijos de desparecidos, informa J.MARIRRODRIGA.

REUTERS

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