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Portugal vota estabilidad con Cavaco Silva

El presidente conservador logra un nuevo mandato con el 53% de los sufragios - La alta abstención y la preocupación por la crisis arrinconan al socialista Alegre

Los portugueses han apostado por el continuismo en tiempos de crisis. Aníbal Cavaco Silva, de 71 años, seguirá como presidente de la República los próximos cinco años, al ganar las elecciones de ayer, que registraron el récord de abstención (53,3%) de todas las presidenciales celebradas hasta ahora. Tras el escrutinio de casi el cien por cien de los sufragios, Cavaco, del conservador Partido Social Demócrata (PSD), consigue la reelección en primera vuelta con un porcentaje del 52,9%.

El candidato socialista Manuel Alegre, de 74 años, obtiene el 19,7%. En tercer lugar queda el candidato independiente Fernando Nobre, la sorpresa de los comicios, que alcanza el 14,1%, "un resultado histórico que nadie podrá negar", según dijo. El comunista Francisco Lopes logró el 7,1%.

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En su discurso a la nación, Cavaco exhibió un tono agresivo y alejado de la generosidad que se le supone a quien gana una reelección. No hubo ni una concesión a sus adversarios, de quienes afeó sus "bajezas". Acababa de decir que sería "el presidente de Portugal entero, sin excepción", cuando afiló sus palabras: "En estas elecciones hay vencedores y derrotados. Vencieron quienes creen en Portugal. Los vencidos son los que prefieren el camino de la mentira y las calumnias". Cavaco, que ganó las presidenciales de 2006 con menos apoyo (50,6% de los votos) que el cosechado ayer, se impuso a sus cinco rivales en los 18 distritos en que está dividido Portugal, incluidas zonas tradicionalmente socialistas, como el sur, y consiguió picos de hasta el 65% de los votos.

"Fue un discurso de venganza", decía anoche el escritor y columnista Miguel Sousa Tavares en un debate poselectoral. Cavaco acusó a sus adversarios de intentar denigrarle y "tener una forma de hacer política impropia en una democracia consolidada". El vencedor de las elecciones dio muestras de no haber digerido las acusaciones de negocios y compras irregulares dirigidas contra él por sus rivales durante la campaña.

Con respecto a la crisis, el presidente electo señaló que sus "prioridades inmediatas" serán el desempleo, la "contención del endeudamiento externo" y el refuerzo de la competitividad de la economía lusa.

La euforia en el cuartel general cavaquista contrastaba con la pesadumbre que se respiraba en el hotel Altis, sede de la candidatura de Alegre, quien leyó una declaración en la que asumió la derrota. "Una derrota que es mía y no de aquellos que me apoyaron", dijo, sin mencionar al Partido Socialista (PS) y el Bloco de Esquerda, los dos partidos que le respaldaron. "En democracia no es una vergüenza perder, la vergüenza es rehuir el combate y no saber por qué se lucha", concluyó.

Previamente, habló el primer ministro y secretario general del PS, José Sócrates, quien prometió una "cooperación leal con el presidente reelegido", y añadió que "los portugueses optaron por no cambiar y por la estabilidad política". Sócrates envió "un abrazo fraterno" a Manuel Alegre, el candidato perdedor, en cuya campaña se echó en falta una mayor implicación de la maquinaria del partido que gobierna en Portugal.

La elevada abstención no ha impedido el triunfo de Cavaco, tal y como vaticinaban las encuestas. El vencedor puede proclamarse presidente de todos los portugueses, pero solo ha obtenido el voto de la mitad de los 9,6 millones de electores. El gran número de ciudadanos que no acudieron a las urnas supera el 49,71% registrado en las elecciones de 2001, en las que el socialista Jorge Sampaio (1996-2006) fue reelegido presidente para un segundo mandato.

Ayer, hubo miles de portugueses que quisieron votar y no lo consiguieron, por los graves problemas con las listas electorales y el censo en muchos colegios. Nuno Godinho de Matos, portavoz de la Comisión Nacional Electoral, Nuno Godinho de Matos, explicó que los problemas tienen que ver con el cambio de residencia o la alteración del censo.

Unas presidenciales nunca consiguen despertar el interés de las legislativas. Y hoy preocupan más la crisis económica, el desempleo, el endeudamiento y las noticias insistentes que vaticinan que más temprano que tarde Portugal tendrá que pedir ayuda a la UE y al Fondo Monetario Internacional para pagar sus deudas. Hoy entra en vigor el recorte de salarios en 15 empresas públicas aprobado en los presupuestos de 2011. Pero habrá más, las consecuencias de las medidas de ajuste aprobadas por el Gobierno, como la subida del IVA, para cumplir el compromiso de rebajar el déficit público.

El presidente electo, Aníbal Cavaco Silva, saluda a sus partidarios en Lisboa acompañado por su esposa, Maria.
El presidente electo, Aníbal Cavaco Silva, saluda a sus partidarios en Lisboa acompañado por su esposa, Maria.AFP
El presidente de Portugal y candidato conservador a la reelección, Aníbal Cavaco, habla a los periodistas después de votar.
El presidente de Portugal y candidato conservador a la reelección, Aníbal Cavaco, habla a los periodistas después de votar.AP

La derecha avanza hacia el poder

Si además de elegir al presidente de la República los portugueses hubieran sido convocados a las urnas para renovar el Parlamento y, en consecuencia, el Gobierno, la oposición conservadora ganaría las elecciones, según una encuesta difundida anoche por el canal de televisión TVI. El Partido Social Demócrata (PSD), al que pertenece el presidente en funciones y candidato a la reelección, Aníbal Cavaco Silva, subiría del 29,1% al 36,8% de los votos (7,7% más que en las elecciones de septiembre de 2009), mientras que el Partido Socialista (PS), del primer ministro José Sócrates y del candidato presidencial Manuel Alegre, bajaría del 36,6% al 30,8% de los votos (5,8% menos que en 2009). A la izquierda, el Bloco de Esquerda, con el 7,3 (9,9%), y el Partido Comunista, con el 7,1% (7,9%) retrocederían respecto de las anteriores legislativas, al igual que el derechista Centro Democrático Social, que pasaría del 10,5% al 5,8%.

La encuesta realizada por Intercampus se realizó hace una semana, en paralelo al sondeo para las elecciones presidenciales de ayer. La ventaja de seis puntos porcentuales del PSD sobre los socialistas es inferior a los 7 y 9 puntos que le atribuían los sondeos de los últimos meses sobre intenciones de voto de los portugueses. Una primera lectura de estos datos permite intuir que la campaña de las presidenciales, más allá del candidato vencedor, habría beneficiado más al partido en el Gobierno (socialista) que al que lidera la oposición, ya que la diferencia entre ambos se reduce.

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