_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

País que no piensa en mañana

La mitad de los mexicanos no sabe de qué vivirá cuando llegue la vejez

Ser previsores no es exactamente una virtud que caracterice a los mexicanos. Quizá porque estamos acostumbrados a vivir en un ambiente privilegiado donde el clima y la tierra siempre son generosos. O quizá porque la mayoría apenas puede sobrellevar el día a día y en esas condiciones no sobre hablar de previsiones para el futuro, quizá también porque hasta ahora hemos sido una sociedad en la que hay muchos más jóvenes que personas adultas, el hecho es que los mexicanos nos parecemos muchos más a la cigarra que a la hormiga de la fábula.

Pero nuestra sociedad se está haciendo vieja. Hace veinte años, cuando empecé a hacer encuestas, en México la demanda por guarderías para los niños era lo que prevalecía, hoy cada vez son más las familias que buscan apoyo para cuidar a las personas mayores que están a su cargo. ¿Estamos preparados para enfrentar nuestra vejez?

Más información
Encuesta

Según la encuesta que entregamos hoy a EL PAIS cuatro de cada diez mexicanos de entre 18 y 50 años de edad simplemente nunca se han puesto a pensar en cómo será su vida cuando lleguen a viejos y otros cuatro dicen que lo han pensado, pero sólo alguna vez.

El 54% de las personas que entrevistamos no cuentan con ningún tipo de previsión económica para la vejez, ni fondo de ahorros, ni de pensiones, ni nada que se le parezca, de ellos más de la mitad dicen que ni siquiera se han puesto a pensar de qué van a vivir cuando sean viejos, el resto confía en que contará con el apoyo de algún familiar cercano o dicen que más adelante se preocuparán por ahorrar.

Sólo el 25% nos dijo que le angustiaba pensar en la muerte, tampoco parece angustiar a muchos la soledad o la tristeza que puedan sentir cuando lleguen a viejos, y aunque el 53% nunca se ha puesto a pensar a qué va a dedicar su tiempo cuando sea mayor, parece que el aburrimiento no es causa de preocupación tampoco. Lo que les genera más angustia de llegar a viejos es no poder valerse por sí mismos y los problemas de salud y sí, también nos dijeron que pensar de qué van a vivir cuando sean mayores les genera angustia, a lo mejor por eso prefieren no hacerlo.

Vivimos obsesionados con prolongar la vida. Comer mejor, no fumar, hacer ejercicio, vitaminarnos, consumir antioxidantes, hacerse chequeos frecuentes, todo a nuestro alrededor se ha vuelto una obsesión por vivir más, estar más sanos y vernos más jóvenes, el problema es que no parece que tengamos la misma dedicación a solucionar los problemas cotidianos de vivir muchos años, por el contrario, cada vez la edad para poder acceder a un empleo es menor, la jubilación llega antes, tenemos menos hijos y son más independientes, la convivencia en las ciudades es cada vez más difícil y más agresiva, y aquí estamos todos tratando de vivir más años ¿para qué o con qué? Ah, eso no lo sabemos bien a bien, pero hay que vivir más.

Quizá ha llegado el momento de pensar más en para qué queremos vivir más que en cómo conseguirlo. Podríamos empezar por aligerarles un poco la carga a los viejos de hoy, pasarles alguna pelota como dice Serrat, para que dejen de ser fantasmas con memoria. Todos llevamos un viejo encima y, nos guste o no, vamos a llegar huérfanos a ese trago, por eso más vale que empecemos a pensar cómo vamos a pasarlo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_