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El futuro de Europa

Ofensiva europea contra el cambio climático

La UE se pone a la vanguardia de la lucha medioambiental, pero con importantes concesiones a sus industrias - Barroso: "EE UU puede hacer lo que estamos haciendo"

Andreu Missé

Los líderes europeos acordaron ayer un amplio paquete de medidas contra el cambio climático, que sitúan a la Unión a la vanguardia mundial de la lucha medioambiental, según reconocieron los responsables de Naciones Unidas. El Consejo Europeo, reunido ayer y anteayer en Bruselas, aprobó los objetivos en materia de energía y clima y de manera particular el de reducir en un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero. Los líderes alcanzaron un consenso tras hacer importantes concesiones a los sectores industriales y a los antiguos países comunistas, con más dependencia del carbón y más necesitados de innovación.

Sin ocultar su euforia, Nicolas Sarkozy, presidente francés y de la Unión hasta fin de año, calificó el acuerdo de "histórico" y aseguró: "Ningún continente se ha otorgado a sí mismo las reglas vinculantes que hemos adoptado de forma unánime". Contagiado por este entusiasmo, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, hizo un llamamiento a los socios en la globalización animándoles a compartir la lucha contra los gases de efecto invernadero. "Sí, vosotros podéis hacer lo que nosotros estamos haciendo", dijo Barroso, en un mensaje claramente dirigido a EE UU.

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El acuerdo de la UE mereció el reconocimiento del máximo responsable de Naciones Unidas sobre el clima, Yvo de Boer, que saludó "la valentía y la determinación" de la UE y auguró que el acuerdo "contribuirá a propulsar el mundo hacia un acuerdo fuerte, ambicioso que podrá ser ratificado en Copenhague en 2009".

Aunque Sarkozy alardeó de que el pacto fue "más fácil de lo previsto", los líderes de los Veintisiete se enzarzaron en una de las discusiones "más tensas", que ha registrado el Consejo, según uno de sus participantes. La cuestión de fondo era cómo hacer compatible que los compromisos que tuvieran que asumir las grandes industrias contaminantes no perdieran competitividad respecto a las factorías de otros países sometidas a legislaciones menos estrictas o carentes de ellas.

El debate se centraba en las directivas que entrarán en vigor a partir de 2013, y que afectan a los sectores más contaminantes (electricidad, acero, cemento, papel vidrio, química de base y refinerías) que representan un tercio de las emisiones contaminantes. A partir de 2013, estas industrias deberían pagar una parte de sus emisiones. Con los fondos obtenidos los Estados deberían apoyar el fomento de tecnologías verdes y ayudar a los países de la ampliación muy dependientes del carbón o petróleo y a los países en desarrollo. El comisario de Medio Ambiente, Stavros Dimas, dijo: "En lugar, por ejemplo, de tener 50.000 millones de euros como habíamos calculado, tendremos sólo 40.000 millones anuales para nuestras buenas causas".

Tras las discusiones, los objetivos de la Comisión se han diluido y dilatado en el tiempo sustancialmente. El pago de los derechos de emisión (actualmente unos 15 euros por tonelada) sólo afectarán al 30% de las emisiones en 2013; al 70% en 2020 y al 100% en 2027, lo que supone retrasar siete años la propuesta de la Comisión. Las presiones de Italia y sobre todo Alemania, cuya industria pesa más que la de Francia y Reino Unido juntas, ha sido determinantes. La canciller alemana, Ángela Merkel, negó que se hubieran rebajado los objetivos y calificó el acuerdo de un "éxito".

Para el caso de las industrias expuestas a la deslocalización, no se han enumerado los sectores más afectados que quedarían protegidos como querían los industriales alemanes, pero sí los criterios que se emplearán para su selección. El aspecto determinante serán las empresas o sectores en que el peso relativo de las exportaciones supere el 10% en relación con su volumen de negocio. Para las instalaciones de los sectores con un riesgo significativo de deslocalización las emisiones serán gratuitas en un 100%, "hasta el valor de referencia de la mejor tecnología aplicable". Es decir, se concederán emisiones libres siempre que se apliquen tecnologías avanzadas.

Otro frente de conflicto liderado al principio por Polonia, pero cuya resistencia mayor ha sido la ofrecida por Hungría, ha sido la reclamación de los nueve antiguos países de la Europa del Este incorporados a la UE en 2004, que solicitaban una parte mayor de los fondos obtenidos con la subasta de derechos de las emisiones.

Al principio estos países, junto con Grecia, España y Portugal obtenían el 10% de lo recaudado por el pago de emisiones. Ahora conseguirán otro 2% más, siendo los mayores beneficiarios Rumania y Polonia.

El conjunto de estas concesiones ha inquietado a los grupos medioambientales. Elise Ford, responsable de Oxfam en Bruselas, ha precisado que "el paquete de cambio climático propuesto inicialmente por la Comisión proponía leyes muy severas". Pero en su opinión "los líderes han cedido a los grupos de presión empresariales, dejando a millones de pobres en situación de peligro".

El acuerdo del Consejo deberá ser ratificado la semana próxima por el Parlamento Europeo.

El precio del pacto medioambiental

- Pago por emisiones.

A partir de 2013 las industrias más contaminantes (electricidad, acero, vidrio, química...) deberán contribuir económicamente por una parte de sus emisiones.

- Plazos de los derechos de emisión. El pago de 15 euros por tonelada sólo afectará al 30% de las emisiones en 2013. Pasará al 70% en 2020 y llegará al 100% en 2027, siete años más tarde de lo previsto por la Comisión.

- Deslocalización. Para las instalaciones de los sectores con riesgo de deslocalización fuera de la UE, las emisiones serán gratuitas si se aplica la mejor tecnología disponible.

- Reparto de fondos. Los fondos obtenidos servirán para apoyar las tecnologías verdes y ayudar a los países dependientes del carbón.

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