Obama se da un plazo de 18 meses para tener éxito en Afganistán
En un discurso a la nación, el presidente de EE UU fija para 2011 el inicio de la retirada de las tropas
Barack Obama ha puesto fecha a la presencia del Ejército de Estados Unidos en Afganistán: julio de 2011. Será entonces cuando las tropas norteamericanas comiencen a abandonar este país. El incremento anunciado, ha dicho el presidente, "creará las condiciones para que Estados Unidos pueda transferir la responsabilidad a los afganos". "Es un honor para mí hacer este anuncio aquí, [en West Point], donde tantos hombres y mujeres se han preparado para mantener nuestra seguridad y representan lo mejor de nuestro país".
Ante una audiencia en su gran mayoría de cadetes de la academia militar de West Point -que en tres momentos han interrumpido el discurso con aplausos, cuando Obama ha hablado de libertad o mencionado la necesidad de mantenerse unidos-, el presidente de Estados Unidos ha comunicado a unos ciudadanos escépticos tras ocho años de guerra contra los talibanes en un lejanísimo país que su administración enviará a partir de esta navidad y hasta el próximo verano otros 30.000 soldados que se sumarán a los cerca de 70.000 ya desplegados en la zona.
El aumento de efectivos, que situará el total en cerca de 100.000 (consulte el gráfico), tiene como objetivo final erradicar a los talibanes y desarticular las bases de Al Qaeda en Afganistán y evitar que la red de Osama Bin Laden convierta el país en un santuario de terroristas. "Los 30.000 militares adicionales que anuncio esta noche comenzarán a desplegarse a comienzos de 2010 -al mayor ritmo posible- para que puedan combatir a la insurgencia y asegurar puntos de población claves", declaró el presidente en su discurso televisado en horario de máxima audiencia. El incremento de tropas también está diseñado, como explicó Obama, para entrenar a las fuerzas de seguridad afganas para que puedan hacerse cargo de su propia defensa y Estados Unidos pueda transferir esa responsabilidad a los afganos.
Críticas contra Obama
Con su discurso, un Obama emocionado ha hecho un repaso a lo sucedido desde los ataques terroristas del 11-S y concluido tres meses de deliberaciones sobre cuál era la mejor estrategia a seguir en Afganistán. Durante todo este tiempo, el presidente ha sido criticado por su actitud vacilante por sus adversarios. El ex vicepresidente Dick Cheney le ha calificado de "dubitativo" e inexperto para hacer frente a la petición hecha en septiembre pasado por el comandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, general Stanley McChrystal -Obama está concediendo 10.000 soldados menos de los pedidos por el general, que requirió 40.000 nuevos hombres-. Los mandos militares ya han informado de que un destacamento de marines será enviado como mucho tres semanas después del anuncio de esta noche y llegará a Afganistán para Navidades.
Nada más concluir el mensaje a la nación, John McCain, senador republicano que perdió las elecciones el año pasado frente a Obama, ha declarado que el plan del presidente le parecía un error, porque poner fecha a la retirada es aceptar que se va a fracasar.
El presidente ha insistido en que la lucha contra Al Qaeda en tierras afganas no es sólo una labor de EE UU. "Debido a que esto es un esfuerzo internacional, he pedido que a nuestro compromiso se sume las contribuciones por parte de nuestros aliados". Así, Obama informó de que algunos países ya habían declarado su voluntad de reforzar sus tropas sobre el terreno y que esperaba que otros lo hicieran "en los próximos días y semanas". "Nuestros amigos han luchado, sangrado y muerto junto a nosotros en Afganistán", ha expresado el mandatario. "Ahora debemos de unirnos para acabar con éxito esta guerra".
Credibilidad en juego
Puede que la de esta noche (madrugada en España) haya sido la última mejor oportunidad de Obama para poner fin a un conflicto que hasta hace pocos meses era considerado como "la otra guerra". Cuando las tropas norteamericanas comiencen su retirada de Afganistán en 2011 habrá muchos más efectivos en ese país que en Irak.
"Lo que está en juego no es sólo la credibilidad de la OTAN", ha manifestado el presidente. "Lo que está en juego es la seguridad de nuestros aliados y la seguridad del mundo". El anuncio del presidente a sus conciudadanos se acaba de convertir en un momento definitorio del mandato de Obama. Dependiendo del éxito de su plan, el político demócrata verá aumentadas o disminuidas sus posibilidades de acceder a un segundo mandato en la Casa Blanca en las elecciones de 2012.
Desde ahora mismo, el Gabinete del presidente debe comenzar a vender la necesidad de apoyo a una guerra que cada día es más impopular. Obama está pidiendo paciencia a unos ciudadanos que parecen tenerla agotada, cuando la cifra de soldados fallecidos en el teatro de operaciones se acerca a los 1.000. Según un último sondeo hecho público ayer martes por Gallup, sólo un 35% de los estadounidenses aprueban la gestión de Obama respecto a Afganistán. Un 55% la desaprueba.
Como prueba del trabajo que Obama tiene por delante, el líder ha querido explicar a aquellos que creen que Afganistán será un nuevo Vietnam que ambos conflictos no tienen ningún parecido. A diferencia de Vietnam, en la lucha contra los talibanes se unen otros países además de EE UU, ha dicho el mandatario. A diferencia de Vietnam, en Afganistán no se sufre una insurgencia de base popular, ha proseguido. Y "más importante", ha finalizado su razonamiento un enfático Obama, a diferencia de Vietnam, "el pueblo americano fue cruelmente atacado desde Afganistán y sigue siendo un objetivo para esos mismos extremistas que siguen conspirando".
"Juntas, nuestras tropas adicionales y las de nuestros aliados, nos permitirán transferir la responsabilidad a las fuerzas afganas y comenzar a sacar a nuestros hombres en julio de 2011", ha comunicado un Obama serio. "Como hemos hecho en Irak, ejecutaremos esta transición con responsabilidad y teniendo en cuenta las condiciones sobre el terreno".
Pero el presidente ha querido dejar claro que, a pesar de que continuará aconsejando a los líderes locales para que puedan tener éxito en el largo plazo, "dejaremos claro al Gobierno afgano - y mucho más importante, al pueblo afgano- que en última instancia ellos son los responsables de su país". "Afganistán no está perdido", ha enfatizado Obama, "pero durante varios años ha retrocedido". "No hay una amenaza inminente de que el Gobierno pueda ser derrocado, pero los talibanes están ganando terreno", ha advertido el presidente.
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